La infancia en los niños cada año se va perdiendo

ivimos fechas de preocupación especial por los niños, para hacerles llegar regalos que satisfagan sus deseos. No debe de ser éste el único objetivo para comprar un regalo a un niños, sino pensar lo que le ayuda en su formación y crecimiento mental, así como el mejor objeto para compartir con otros niños. Digo esto, porque las nuevas tecnologías digitales son una puerta abierta al alcance de la infancia, desde programas de TV, vídeos, hasta el internet, los móviles y cualquier aparato con wifi, tanto se pueden utilizar para el bien de la criatura, como para guiarlos hacia asuntos que les pueden malformar, por ejemplo, la violencia y agresividad que se ve en las películas de asesinatos y sangre a raudales, la malicia contra todos; el uso de drogas buscando la felicidad, o vídeos de prácticas sexuales que no corresponden a la edad de los niños que los están viendo. Todo eso, y más que hay, deforma el crecimiento normal del niño, en pedagogía alertan de que no es bueno hacer que la edad mental de los niños no se corresponda con la fisiológica. 
Hace unos meses me encontré, casi sin pensarlo, entre una pandilla de unos ocho niños y niñas, el menor unos seis años y el mayor doce. Querían que no me aburriera el tiempo que iba a estar con ellos y empezamos por jugar al futbolín, estupendo, siempre me gustó, aunque perdía siempre; pasamos, por iniciativa de ellos, a jugar al monopoly, venga de comprar, vender, hipotecar inmuebles, parques, piscinas, bancos, ellos eran sumamente ágiles y aquello a mí me exigía un tonto esfuerzo, lo dieron por imposible y lo dejaron; acto seguido comenzaron a contar chistes, fueron subiendo el tono y llegó un momento que me resultaba imposible encontrar la gracia, otros eran tan eróticos-sexuales, que me parecía increíble que los comprendieran aquellos mocosos, pero ellos se reían porque no los entendía yo. Con la algarabía que montaron llegó la madre de uno y puso orden total. Mi conclusión fue que estaba a años luz de los infantes, y seguramente, a distancias siderales de los adolescentes. No sé si eso está bien o está mal, pero es una pena que un niño deje de serlo, para pasar a falso adulto, con tan escasa edad. Si ellos van a vivir 90 o más años, mantenerse adolescente hasta los 20 años no estaría mal. La realidad es al revés, cada año se adelanta la edad de dejar de ser inocente, iluso, ingenuo, cándido, candoroso, casto y sencillo. Formalmente la infancia y adolescencia se cierra a la edad de hacerse adultos, los 18 años; hoy día, a esa edad, saben más que los jubilados. La psicología evolutiva tiene que modificar las etapas de la vida de los humanos.
Los niños, por prisas, se hacen daño a sí mismos, y a su vez los mayores no respetan los Derechos de la infancia, vamos a recordar unos datos. El tema de los Derechos de los niños se comenzó a hablar al final de la Primera Guerra Mundial, al ver la cantidad de huérfanos, exiliados, mutilados, etc. las hermanas Jebb de los EUU que constituyeron “Save the Children”, impulsaron acordar unos derechos inalienables, de ese proyecto salió la “Declaración de Ginebra” de 1924 apoyados por la Sociedad de Naciones, son sólo cinco puntos que se ocupan de derechos sociales pero no civiles, no tenía carácter vinculante; su lema se mantuvo desde el primer momento: “La Humanidad le debe facilitar al niño lo mejor que pueda poseer”. Tras la IGM vino la Segunda, tan dura o más que la primera, los niños vagaban por países diferentes sin asistencia ni ayuda alguna. Lo primero fue estructurar la Unión de Estados, así se formó la ONU (1945), después se aprobó la “Declaración de los Derechos del Hombre (y la mujer)” en 1948 (centenario del Manifiesto Comunista de Marx y Engels), y en 1959 la “Declaración de los Derechos del Niño” adoptada y aprobada por la Asamblea General con 78 Estados miembros, no tenía rango de ley porque no se aceptó la convención. En la realidad los derechos no se tenían en cuenta y los niños eran utilizados y esclavizados por los adultos para trabajos inhumanos, o el abuso sexual; los niños de la calle eran cientos y miles en los países más pobres. Era sangrante el tema, por ello, por una convención internacional, en 1989 se aprobó la primera Ley que obligó a los estados que habían firmado la “Declaración” a cumplir sus obligaciones. 
Ni la Declaración de Ginebra, ni la de 1959, definen el período que comprende la infancia, es decir, cuando empieza y cuando termina, parece ser que se debe a no tener que entrar en el tema del aborto. 
Aunque no sea muy ortodoxo voy a citar los diez Principios de la Declaración: 1.- Todos los niños tienen derecho a la igualdad. 2.- A tener una protección especial para el desarrollo físico, mental y social. 3.- A tener un nombre y una nacionalidad desde su nacimiento. 4.- A alimentación, vivienda y atención médica. 5.- A educación y un tratamiento para los que sufran alguna discapacidad mental o física. 6.- A la comprensión y al amor de los padres y de la sociedad. 7.- A actividades recreativas y a educación gratuita. 8.- A estar entre los primeros en recibir ayuda en cualquier circunstancia. 9.- A la protección contra cualquier forma de abandono, crueldad y explotación. Y 10.- A ser criado con un espíritu de comprensión, tolerancia, amistad entre los pueblos y hermandad universal. 
Si vamos comparando cada principio con lo que está pasando, no muy lejos, sino en nuestro Estado, aunque nos duela tenemos que aceptar que no se trata igual a los inmigrantes, falla también el punto 4, y el 7, 8 , 9. Termino pidiendo que la utopía del décimo, “ser criado con comprensión, tolerancia, amistad entre los pueblos y hermandad universal”, se haga realidad y lo veamos pronto.

La infancia en los niños cada año se va perdiendo

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