Cosas de necesitados

onstrucción de buques de guerra para la Armada Saudí, contaminación medioambiental de las centrales térmicas gallegas, transporte por carretera del mineral con que abastecerlas una vez rematada la explotación de sus minas con cambios brutales en el paisaje, Ence en la Ría de Pontevedra a perpetuidad, mina de Corcoesto, posibilidad de reconstrucción de viviendas ilegales a consecuencia de la explosión pirotécnica en Tui, furtivismo en las Rías,….y así podríamos seguir añadiendo líneas sucias en un interminable folio.
A los gallegos siempre nos toca atender el trastero de Europa con actividades económicas desechadas por los más prósperos. Pero claro, quién se atreve a cuestionar el no aceptar de buen grado semejantes “riquezas” para nuestra tierra. ¡Con lo qué lo necesitamos!
No es nada nuevo que los menos desarrollados del continente tengan que hacerse cargo de industrias poco edificantes pero que la economía actual exige que alguien se ocupe de ellas y sabido es que siempre habrá peleas de pobres compitiendo por las migajas. Ejemplos hay, como la competencia entre pueblos deprimidos de España por acoger un cementerio nuclear.
Por tanto, si las causas más importante para aceptar instalaciones y trabajos perjudiciales para el medioambiente o irrespetuosos con los derechos humanos vienen derivadas de la necesidad de tener trabajo para poder satisfacer lo básico, aunque seamos conscientes de sus consecuencias, y si gozamos de gobiernos propios y estables que llevan lustros representándonos, por qué estos no implementan medidas que puedan revertir esta situación, cuando se debería esperar que respondieran a la confianza que, elección tras elección, le dan los ciudadanos.
No será porque no haya cosas que mejorar. Tenemos un Feijóo muy preocupado por los plazos de entrada en funcionamiento del AVE a la meseta cuando no gobierna el PP en España, pero sistemáticamente olvida impulsar un mínimo sistema de cercanías ferroviarias. No todo es conectar el eje Vigo-Santiago-Coruña sino también responder a las demandas de Lugo y su provincia o el propio Ferrol y sus comarcas que conforman la tercera aglomeración urbana de Galicia, condenados a comunicarse exclusivamente por el contaminante automóvil.
Quién se acuerda del polígono de Leixa para diversificar el norte de Galicia, cuando ya están adquiridos parte de los terrenos y, sin embargo, su orden de construcción está durmiendo el sueño de los justos O de la estación intermodal de mercancías en la inmediaciones del mismo Leixa y del Río del Pozo.
Quizás resolviendo alguno de estos asuntos cambiaríamos nuestro futuro. 

Cosas de necesitados

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