Conscientemente irresponsable

Levamos años soportando estoicamente nepotismo, reducción de derechos políticos y sociales, y múltiples casos de corrupción.  
Una vez que el Partido Popular ocupó prácticamente todas las instituciones democráticas del Estado, evidentemente, gracias al respaldo mayoritario de los españoles en las urnas y con la disculpa de la crisis económica, se iniciaron innumerables reformas legales exprés.
 Que si reajuste de la sanidad pública, que si reforma laboral y de las pensiones, que si revisión del sistema educativo que paraliza el mejor sistema de cohesión social, que si reajuste del código penal porque protestamos e injuriamos sin control, que si se obliga a los ayuntamientos a subir el IBI por no dar más recursos a la Administración Local, que si reforma financiera cargando más de sesenta mil millones a nuestros bolsillos. 
Y así podríamos seguir, enumerando múltiples reestructuraciones que limitan nuestra capacidad política, social y económica. Pero, eso sí, las rentas del trabajo siguen siendo las que en mayor proporción sostienen el conjunto de los Servicios Públicos.
Mientras esto sucede, la corrupción alcanza su zenit. Desde el tamayazo se suceden los casos de enriquecimiento ilícito de un número excesivo de personas vinculadas al Partido Popular que, se quiera o no, deja entrever una manera de hacer y entender la política. 
Creen, a pie juntillas, que la Administración Pública es un autoservicio, un self service, del dinero de todos a disposición de unos poco, en vez del Servicio Público que vertebra la sociedad.
Afortunadamente, jueces y magistrados están dando sobradas muestra de independencia frente a los demás poderes del Estado a través de las instrucciones y las sentencias dictadas. Pero la actitud de Rajoy y su gobierno intentando influir en las instrucciones a través de la fiscalía, vaya usted a saber porqué, es intolerable. No lo consiguen pero lo intentan. 
Por eso, solo la tentativa es suficiente para el cese fulminante de los responsables directos, Ministro de Justicia y la cabeza de la fiscalía, así como la asunción de responsabilidades políticas por el principal culpable, el presidente del Gobierno de España, Mariano Rajoy. 
Ya sé que no lo verán nuestros ojos, gracias a la inoperancia y división de la oposición. Pero, por lo menos, que sepamos que nos gobierna un consciente irresponsable que está poniendo en peligro el sistema democrático con su manera de hacer, mientras los demás se dedican a la política de gestos y de salón. 
ramonveloso@ramonveloso.com
 

Conscientemente irresponsable

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