Cambios y husos orarios

Ya vemos que no es un tema menor el cambio de hora estacional, en primavera y otoño, cuando la Comisión Europea propone a los países miembros abrir el debate para que adopten el que crean conveniente, a la vista del resultado de una macro encuesta europea por internet. Y, claro, muchas voces se suman al debate. Caigamos en la cuenta que el tiempo atmosférico y los horarios son unos de los temas favoritos de conversación. No todo va ser hablar de fútbol y política. 
Así, las áreas turísticas de España, especialmente, Baleares, quieren el horario que les permita disfrutar más del sol. En el fondo, desean el sol como una mercancía que se pueda estirar un poco más para mejorar los ingresos turísticos.
Por otra parte, el ministro Borrell propone un cambio de huso horario, atrasar una hora hasta el del meridiano de Greenwich, recuperando el de principios del siglo pasado. 
Mire usted por donde, algo que propuso el BNG hace ya unos años y fue tachado de ocurrencia independentista por los de siempre, resulta que ahora es de las cosas más cuerdas que se pueden escuchar por estos pagos sobre el asunto.
Recordemos que fue en marzo de 1940 cuando la dictadura de Franco adoptó el huso del meridiano de Greenwich +1 para unificar el horario de la península y Baleares con el de los países controlados por el III Reich que establecieron el de Berlín. Y seguimos igual. Quizás volver al anterior nos ayudaría a despojarnos un poco más de los restos que quedan de aquello que todo lo impregnó.
Desde la crisis del 73, el cambio horario se justificó para reducir la factura energética que comprometía la estabilidad económica y mermaba la capacidad de crecimiento. Aunque, en el fondo ayudó a mercantilizar bastante más a la sociedad. Cuantas más horas de sol, más tiempo de actividad comercial e industrial y mayores ganancias. Basta con pensar que sería hoy de nosotros sin centros comerciales que abren 14 horas o más, o sin las grandes ciudades que prácticamente no cierran su actividad en todo el día, cumpliendo el sueño capitalista de producir y consumir sin parar cual pollos de granjas avícolas con las luces encendida todo el día para engorde rápido.
Ojalá retornemos al huso horario del meridiano de Greenwich para recuperar el ritmo biológico de la naturaleza. Levantarse con el sol y acostarse poco después de esconderse en el horizonte sería volver a sentirnos humanos y en armonía con el planeta.. 
ramonveloso@ramonveloso.com

Cambios y husos orarios

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