Vox contra Abderramán

En Cadrete, Zaragoza, el alcalde es del PP, pero el que manda, a tenor de la envergadura del acto destructivo que ha ejecutado como nuevo primer teniente de alcalde y concejal de Urbanismo, es de Vox. Este, un tal Jesús García Royo, ha debido considerar que la más urgente necesidad en Cadrete relativa a su área específica de gobierno era la de cargarse el busto de Abderramán III que adornaba su plaza, y se lo ha cargado.

La escultura dedicada a Abderramán III, español ilustre, no es la primera vez que sufre el vandalismo de los ígnaros, aunque en esta ocasión por uno con mando en plaza. En ocasiones anteriores, el energumenismo ya atentó contra el busto de piedra con amputaciones y pintadas, pero ahora se ha valido de la sintonía fraterna del PP y de Ciudadanos para otorgarle marchamo legal a la fechoría. Al busto de Abderramán III, español e hijo, nieto y bisnieto de españoles, esto es, mucho más español que los visigodos asalvajados del norte que Vox aprecia tanto, lo han encerrado en el castillo que el califa mandó construir en el pueblo, y que allí sigue.

Naturalmente, García Royo, ni seguramente ningún miembro de la corporacióne, sabe quién fue Abderramán III, ni, en consecuencia, lo mucho que honraba a Cadrete recordar en piedra a una figura histórica del calado de quien edificó Medina Azahara y esmaltó con 70 bibliotecas, una Universidad y la escuela de Medicina más avanzada de su época. Puede que estuviera alguna vez en Cadrete quien hizo de Al-Andalus, de Córdoba, de España, el Faro de Civilización que proyectó su luz sobre la tinieblas de Europa, rivalizando e imponiéndose a Constantinopla y a Damasco, y quien, con las luces de hidalguía y las sombras de despotismo y crueldad propias de todo califa de aquellos tiempos, llevó la agricultura, la arquitectura, el comercio, la higiene o la diplomacia a lo más alto.

Ahí tenemos, en el iconoclasta concejal de Cadrete, la expresión más acabada de la ignorancia que patrimonializó la idea de España y que pretende, con el concurso de los “constitucionalistas” PP y Ciudadanos, volver a patrimonializarla. A eso, a esa brutal regresión, a esa patochada, lo llaman Reconquista. De entrada, al busto de Abderramán III, que era rubio y de ojos azules, lo han arrancado de su plaza de Cadrete y lo han encerrado en el castillo. En ese túnel del tiempo, algunos deben soñar con incendiar los bosques y las cosechas de la Vega para rendir otra vez Granada.

Vox contra Abderramán

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