Cualquiera que vea un anuncio del tarot en televisión se podrá preguntar si valió la pena tantos años de camino de la humanidad para llegar a este estado de cosas. A lo mejor es que no nos hemos movido del sitio y todo, como decía el protagonista de La Gran Belleza, es un truco y todo consiste solo en hacer desaparecer una jirafa o, lo que es lo mismo, de que desaparezca la ilusión. Todo el que vea un anuncio sobre esos créditos rápidos, fáciles y “baratos” de quinientos o seiscientos euros, tendrá que saber que ellos son los dueños de la jirafa y los magos a la vez. ¿Cuál es el truco? Hacernos creer que los necesitamos, que esa es la realidad y nuestras necesidades. El truco también consiste en alejarnos poco a poco del conocimiento. Los usureros como los vendedores de pócimas televisivos, desean la propagación del miedo. El miedo es el que pone en marcha toda la magia y nos hace creer en la ilusión que todo puede cambiar. En el fondo habrá que concluir que la usura no subvenciona ninguna imprenta, pero sí es una fábrica de jirafas.