CIPIÓN Y BERGANZA

Daba gusto ver la manifestación de perros el otro día en la Plaza de Armas, como un ejército dispuesto a defenderse. Uno podría pensar que ellos también tienen derecho de manifestación, al menos esta corporación ha logrado más de lo que Cervantes había hecho, que Cipión y Berganza no solo hablasen sino que también se manifiesten. Estaba los cipiones y berganzas comportándose como racionales, solo oliéndose, ni siquiera orinaron, al menos en nuestra presencia. Crear problemas donde no los había es una maestría de los que no saben hacer otra cosa; parece que los irracionales son otros, esos a los que iban dedicados los eslóganes. Se notaba más afluencia de machos que de hembras, porque mientras estas pueden mear creo que a aquéllos les está prohibido, porque la naturaleza les impide hacerlo agachados. Eso es autoridad, que se sepa quién manda en esta ciudad. Mientras, a quién vamos a multar por una ciudad como la tenemos y encima pagar el IBI que pagamos. No os preocupéis, perros, tienen el buey en la lengua, se decía de los que no hacían con razón o justicia.

CIPIÓN Y BERGANZA

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