La “ocurrencia” del president

Confieso que la salida de pata de banco del president Quim Torra me ha sorprendido, sobre todo porque lo encuentro poco inteligente y muy difícilmente encajable en las mentes de los españoles normales y, por supuesto, de los catalanes normales. Esa apuesta de Torra por la vía eslovena para la independencia de Cataluña no hay por dónde cogerla, y más si añadimos Croacia y Bosnia en esa tétrica historia de comienzos de los 90, va para 30 años. Más de 90 muertos nos contemplan desde donde se encuentren para escandalizarse de la “ocurrencia” del president. Los jóvenes no se acordarán (o no habían nacido) de la historia sangrienta de la antigua Yugoslavia, pero los que no somos tan niños nos acordamos muy bien, como supongo que le sucederá al president de la Generalitat.
Personalmente, siento pena y escándalo. Pena porque yo tenía a Torra por otra cosa. Sobre todo desde su encuentro con Sánchez en la Moncloa, en el que mostró un talante que ahora parece que no tiene, aunque yo no desearía otra cosa que equivocarme. Escándalo, porque eso sucede en España, en 2018 y en el seno de una sociedad civil como la española de hoy, que es un ámbito de convivencia no sé si ejemplar pero desde luego encajable en el más apto de los territorios en este siglo XXI que ya avanza. El conflicto de estos días con los mossos y la huelga de hambre de todo un jefe del Gobierno de Cataluña son hechos que acompañan bien al asunto que me ocupa. La propia Esquerra Republicana de Catalunya le ha respondido que la vía para solucionar el contencioso catalán no puede ser otra que la escocesa, es decir, la vía democrática y de la búsqueda de salidas sobre todo pacíficas y propias de gente civilizada.
La respuesta del Gobierno de España y de su partido, el PSOE, tampoco se ha hecho esperar, con la advertencia de que el artículo 155 de la Constitución “se aplicará si se tiene que aplicar”, y que los sucesos del otro día “tendrán consecuencias”. Es una respuesta razonable, bastante más que la de la oposición de PP y Cs, porque parece que sueñan con el 155 y que desean que se aplique a toda costa y a toda pastilla. Quizá el ministro Borrell es quien se ha pasado un poquito si se compara con la visión global del Gobierno, cuando dice que “Torra parece llamar a la insurrección”... o a lo mejor no se pasa tanto.
Me parece muy adecuado lo dicho por la ministra portavoz, para quien “es insensata la vía eslovena” y quizá se ha quedado corta en el calificativo. En todo caso, queda claro que es desde el Gobierno desde donde nos llega el posicionamiento más inteligente y más sensato, frente a la postura del independentismo más extremo y desde la oposición de la derecha española. Todo esto hay que meditarlo bien y valorarlo adecuadamente.
Una buena parte de la culpa de cuanto sucede en el tema catalán la tienen el anterior Gobierno del PP y el conjunto la derecha. Y eso por su posición de los últimos 7 u 8 años, que parecían concebidos para hacer imposible el entendimiento y la búsqueda de una salida sensata y pacífica a la situación creada. Esto lo negarán, pero me da igual, como Torra negará que su actitud es la de hacer imposible el entendimiento y la búsqueda de esa salida sensata a la que me refería.
 
 

La “ocurrencia” del president

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