Vivir para siempre

En los últimos cien años la esperanza de vida del hombre se ha incrementado en más de treinta años. Esto motivo que muchos soñaran con la posibilidad de vivir mucho más, creyendo que la longevidad era algo flexible. Los estudios genéticos recientes han desvelado también que no existe programada la muerte del organismo, algo que dio más alas a estas ideas de eterna juventud. ¿Qué nos hace morir entonces? La acumulación de los daños que vamos sufriendo es una respuesta sencilla. A pesar de que nuestro organismo tiene herramientas para solventar estos daños, éstas no son perfectas. A la evolución le interesa más la reproducción que la inmortalidad.
Parece sin embargo que si existe un techo al tiempo máximo que podemos vivir, según se desprende de un estudio de la Escuela de Medicina Albert Einstein de Nueva York y que fue publicado recientemente en la revista Nature. Aunque el número de centenarios y supercentenarios se ha incrementado notablemente en la última década, la edad máxima que se alcanza se ha estancado desde el año 1995 en los 115 años. Que la esperanza de vida media haya seguido subiendo no es más que una consecuencia de que se ha logrado reducir la mortalidad prematura, no a que vivamos más años. 
Pero no todos están de acuerdo. Aubrey de Grey, uno de los biogerontólogos de más prestigio en la actualidad, considera que no sólo es factible llegar a vivir mil años, sino que incluso es una cifra conservadora. La clave estaría en mejorar los procesos de recuperación de tejidos. Para ello sería fundamental, entre otras cosas, terminar de entender como funciona la plasticidad celular. Es decir, saber cuales son los mecanismos que llevan a las células a pasar de estadios indiferenciados a otros especializados. Si los encontramos, sería posible revertirlos y conseguir mantener a la gente joven para siempre.
Ahora se plantea otra cuestión: ¿realmente nos interesa que el hombre pueda vivir mil años? En la actualidad la población mundial ha alcanzado los 7.500 millones de personas y se prevé que se llegue hasta los 8.000 antes del 2024. Con unos recursos limitados, estamos al límite de lo que el planeta nos puede ofrecer para vivir. Aunque se estén desarrollando técnicas que nos permitirían en veinte años disponer de carne artificial, por ejemplo, una vida milenaria podría ser la gota que colmara el vaso de lo que la tierra es capaz de soportar.
 

Vivir para siempre

Te puede interesar