Tormentas de fuego

ste verano Portugal ha ardido más que nunca. El vecino país, que sufre una plaga de incendios año tras año, veía como en esta ocasión se calcinaban 53.000 hectáreas ente los distritos centrales de Leiria, Coimbra y Castelo Branco. Mucho bosque quemado que además se llevó por delante la vida de 64 personas, la mayoría atrapadas en sus vehículos cuando intentaban escapar del fuego.
Esto fue la gota que colmó el vaso de la paciencia lusitana. Tras muchos veranos viendo como sus bosques se quemaban (en el año 2015 más de la mitad del territorio que se quemó en la Unión Europea era portugués), la tragedia de Pedrógão Grande hizo que el debate sobre los incendios pasara a un primer plano. Entre acusaciones de falta de organización, desidia política e incompetencia de los responsables, al final todos los dedos acabaron señalando a un único culpable: el eucalipto.
Con esta cabeza de turco, el gobierno se puso manos a la obra y ahora han sacado adelante una ley con la cual se pretende detener el avancen en las plantaciones de este árbol, que tan bien conocemos por nuestros lares. La presión popular ha sido determinante para sacar adelante esta iniciativa, con la que parece que se han calmado los ánimos pero que algunos expertos dudan que sea realmente efectiva para atajar la problemática.
Y es que no pocos son los que consideran que se ha errado con el objetivo de la campaña y que no son los eucaliptos los culpables de los incendios, sino más bien el progresivo abandono del interior del país y la falta de cuidado de mucha superficie forestal. Estos si que son auténticos factores de riesgo, así como el problema de los monocultivos, sean estos de eucalipto, pino o incluso roble.
Señalan que el impedir la plantación de eucalipto puede acabar teniendo incluso un efecto más negativo. Ante la falta de un recurso económico de primer orden como es esta plantación, la población que queda en las zonas del interior terminará emigrando, resultando en un mayor abandono de los bosques portugueses. 
Es cierto que en este último incendio había una gran cantidad de eucalipto, pero no es menos cierto que en otras catástrofes recientes su presencia era meramente anecdótica. Así que muchos acaban concluyendo que se ha tenido demasiada prisa en señalar un culpable y no se han tenido en cuenta muchos otros factores que pueden ser determinantes en el futuro.
 

Tormentas de fuego

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