La sinrazón contra las vacunas

Para que erradicar una enfermedad, es necesario conseguir que en ningún rincón del planeta se produzca contagio alguno. Y esto no es sencillo. Hasta la fecha, sólo se ha conseguido con una: la viruela. Los esfuerzos coordinados consiguieron librarnos de una enfermedad que alguna vez llegó a matar al 35% de sus víctimas y dejó a otras muchas ciegas o con cicatrices. Tras el éxito con la viruela, otras enfermedades se presentaron como candidatas. Pero por el momento la única que parece estar cerca de ser erradicada es la poliomelitis.
En 1988 se puso en marcha la Iniciativa Mundial para la Erradicación de la Poliomelitis. Es un proyecto encabezado por la OMS, con el apoyo de otras instituciones como Unicef, y que hasta la fecha ha logrado inmunizar a más de 3.000 millones de niños en todo el mundo. Los resultados de esta campaña están fuera de toda discusión. Cuando se comenzó con este programa, 350.000 personas en 125 países diferentes se contagiaban de polio al año. En lo que va de año, los casos son tan sólo 27 y únicamente en Pakistán, Afganistán y Nigeria.
El caso del país africano es desalentador en este sentido. Tras dos años sin ningún caso declarado, en este 2016 se han notificado dos contagios. Los dos se han producido en el estado de Borno, en dónde se mantiene un duro conflicto con Boko Haram. Esta organización ha marcado como uno de sus objetivos precisamente a los voluntarios que llevan a cabo la vacunación, rompiendo de esta forma el programa. En Pakistán y Afganistán también se están encontrando problemas similares, con la religión como trasfondo. La creencia de que la campaña es un plan maléfico de Occidente para esterilizar a los musulmanes o que la administración de la vacuna produce pensamientos inmorales está motivando ataques. Unos ataques que desde 2012 han supuesto la muerte de un centenar de personas.
Es triste ver como la sinrazón religiosa puede acabar con el trabajo y esfuerzo llevado a cabo en colaboración por tantos organismos. Para lograr el objetivo último de la erradicación de una enfermedad es necesario un trabajo sin fisuras. 
Que en un país se sigan produciendo contagios es una amenaza para todos en un mundo sin fronteras, donde la movilidad de las personas es mayor que nunca. Es necesario un fuerte trabajo de concienciación, pero que a veces se encuentra muros infranqueables.
 

La sinrazón contra las vacunas

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