Cuando la imagen es un problema

ivimos en una sociedad que está obsesionada por la imagen. Continuamente somos bombardeados con lo que se supone que debe ser nuestro ideal de belleza y nos llegan mensajes incitándonos a perseguir ese canon, con el riesgo de quedar excluidos de la sociedad si no es así. Esto motiva que muchas personas acaben con problemas a la hora de aceptar su imagen que pueden derivar finalmente en trastornos de la alimentación.
Es más habitual que se produzcan en mujeres, sobre todo en la etapa adolescente, no siendo extraño que estén asociados también con depresión, ansiedad o consumo de drogas. Y aunque este sea el perfil más habitual, no quiere decir que no se pueda dar un trastorno también en otros tipos de persona. Nadie está realmente a salvo de poder acabar padeciendo alguno de ellos.
Los problemas que de estos trastornos se derivan no están solo relacionados con el peso. También es posible que haya daño cardiaco, una subida de la presión arterial o daño hepático y renal, además de afectación a nivel de la salud bucodental. Los vómitos frecuentes de algunas de estas personas pueden llegar a ocasionar una mayor erosión dental, que degenere en mayor número de caries o astillamiento de los dientes. Por eso los dentistas pueden convertirse en un gran aliado a la hora de hacer un diagnóstico precoz de estos problemas.
Un reciente estudio ha demostrado además como el uso de algunos productos, como las píldoras de dieta o los laxantes, pueden ser una puerta de entrada a estos trastornos alimentarios cuando se emplean para intentar controlar el peso. Así, tras haber analizado datos de más de 10.000 mujeres, encontraron que aquellas que no habían sido diagnosticadas con un trastorno alimentario y usaban píldoras de dieta, un 1,8% al cabo de un año recibían su primer diagnóstico frente al 1% de las que no las usaban. En el caso de los laxantes, se pasaba del 0,8% al 4,2%.
Por eso, los expertos avisan sobre el peligro de estos productos, que son de libre acceso y no requieren de receta médica. 
No hay que olvidar que los trastornos alimentarios no solo suponen un riesgo físico, sino que además producen un daño psicológico que es difícil de superar. Además de un control de estas puertas de entrada, tampoco estaría de más realizar más tarea de concienciación entre los más jóvenes para ayudarles a entender que la imagen no lo es todo. 

Cuando la imagen es un problema

Te puede interesar