EL VIGÍA

Dice Rajoy que “una coalición de Podemos e IU sería pésima para España”. Sin embargo, muchos españoles, sin ser Podemitas, mareantes, psoecialistas ni convergentes, son de la convicción de que si sigue gobernando el PP, con o sin Mariano, sí que será la defunción por degradación de la sociedad española.
Ha sido bajo los gobiernos pendulares PP-PSOE que los españoles hemos sido pasto de vividores y ladrones hasta llegar al desarbolamiento actual, en el que no hay equipo solvente en el que mirarse ni depositar, esperanzados, el voto puesto que mientras nos apretaron el cinturón y recortaron servicios, ellos robaron, dejaron robar, legislaron para su impunidad y demostraron que el interés general no era lo primero; que al igual que en el siglo XI no se podía moler el trigo en casa y había que ir al molino del señor feudal, hoy, siglo XXI, en España no se puede generar energía fotovoltaica en casa y hay que ir a comprarla a las eléctricas.
José María Castellano, exInditex, exCaixaGalicia, desvela cómo el presidente de Ausbanc le estuvo extorsionando y al no atender sus propósitos, cumplió su amenaza de hundirle a él y a su gestión al frente de Caixa Galicia. No le resultó difícil; partidos y sindicatos se tiraron a degüello a sabiendas de  que no tenían ni pajolera, kamikaces sin fundamento alguno. 
Sabiendo que Pineda era un gánster, callaron porque les salía a cuenta seguirle el juego: se trataba de machacar el PP y su entorno, no de defender la justicia y el interés general. Ante la evidencia de los resultados, hoy callan como lo que son: eso.
De ambos ejemplos traídos a colación se deduce que estos partidos y sus satélites tienen sobradamente acreditado cuál ha sido su afán prevalente una vez alcanzado el sillón. Por tanto, ¿a quién van a engañar? Pues al pueblo soberano, claro está: Se ve al vigía en lo alto del mástil gritando “¡Fin de la crisis a la vistaaaaaa!” y de abajo se oye a un tripulante preguntar “¿Quién demonios puso de vigía al ciego?” A lo que otro le responde “Los mismos que pusieron a gobernar a los piratas”.  Cuando se llevó a cabo la 1ª reconversión naval, esposas y madres ya sospechaban que los convenios suscritos harían trizas el futuro de hijos y nietos. Hubo polémica en no pocas familias pero, por lo que fuera, poco pudieron hacer frente a quiénes sólo veían que se iban a casa bien pensionados, a regar el resto de su vida con buenos caldos.
El tiempo les dio la razón y hoy, exprimida la vaca, hay quien en la recientemente celebrada charla en Sargadelos titulada “¿Tiene futuro la industria naval en Ferrol?”, sólo vio pesimismo y negativas las palabras de los oradores: “No hay nada que hacer”. Mas de lo acertado del aserto da cuenta la asistencia al acto: como aquellas soflamas contra CaixaGalicia y José María Castellano, concita más adhesiones exigir lo insostenible que hablar de fórmulas para reflotar la empresa.
Astano, Izar, Navantia, distintos nombres para el mismo modelo de explotación, no está así por casualidad y es que nunca se ha visto mayor defensa para que un par de colectivos hayan estado y pretendan seguir viviendo de una empresa en quiebra, cuyos directores fueron nombrados sin tener los conocimientos adecuados ni siquiera ser del sector. ¡Qué boa vidiña, si durase! Pero no duró y de este sinsentido la última consecuencia tiene lugar hoy: el despido que una empresa puntera tiene que llevar a cabo por haber perdido el contrato de mantenimiento frente a quién y cómo lo perdió, ya comentado en otro artículo anterior. 
Y bien ¿a quién le interesó hablar de si tiene o no futuro el naval en Ferrol? Profesionalizar la gestión…, cambiar la estructura social de la empresa…, ¡vade retro!... ya es sabido y eso por sí solo explica el “No hay nada que hacer”. ¿El hartazgo y la masa social podrían revertir el destino? Sí,  sin embargo… ni esposas o madres preocupadas por el futuro de hijos y nietos; tampoco jóvenes titulados que se planten, de esos que deciden marchar antes de quedar aquí, enfurruxándoseles el intelecto. 
¿A quién explicar que la Siderurgia Nacional Portuguesa se privatizó gracias a la colaboración de sus sindicatos, que antepusieron el futuro de los hijos al suyo, y a la acción de oro que se reservó el Estado portugués para que si la parte privada no cumplía objetivos, revertiría al Estado sin indemnización alguna? A ninguén. No, Rajoy; nada más pésimo para España que perder la oportunidad de que haya una coalición de emergentes, a ver si revienta todo de una vez. 
 

EL VIGÍA

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