Marionetas

A propósito de que el pasado día 9 se conmemoró el centenario de haber conseguido que la jornada laboral fuese de ocho horas, en un twitt se podía leer: “96 años después de conseguir la jornada laboral de 8 horas, llegamos a la jornada indefinida con sueldo ridículo”. Se sobreentiende lo que se pretende denunciar y sin faltarle razón, habría que matizar que ha sido la crisis, sí, pero también las máquinas, la automatización, lo que va haciendo que el trabajo disminuya haciendo que amplias capas sociales se encuentren sin él. De seguir esta tendencia (y de momento la tecnología va más rápida que la adaptación humana, laboral y curricular, a los nuevos nichos de trabajo), ¿a qué se entregará entonces el ser humano para llenar su vida?
Salvo una minoría, la inmensa mayoría, véanse las tendencias, se entregará a Grandes Hermanos y Sálvames (programas importados, no se olvide; la zafiedad mental no azota sólo a España), drogas, heavy metal, alcohol y sexo enfermizo; no el alegre follaje sino el que te vuelve animal y caníbal.
Con el planeta superpoblado en concentraciones insostenibles y las guerras desatadas por el control del petróleo, el agua y la energía, las desestabilizaciones sociales serán una constante. 
Lo de bueno que hayan tenido otras religiones y culturas en períodos históricos anteriores se tornaran –lo estamos viendo– en actuales comecocos  al servicio de intereses espurios y las masas, cuya rebelión trajo esplendor en tiempos ilustrados pretéritos y hoy se comporta cual marioneta, impondrán su “des-criterio” favoreciendo la desolación. Fueron estas, precisamente, quienes ayudaron a enterrar en su día al libertino Dominique Strauss Kahn, víctima de una conspiración al más alto nivel, por haberse vuelto una amenaza para la oligarquía financiera dominante en el FMI. Aquellas declaraciones suyas de que había que regular los mercados, las tasas de las transacciones financieras y que había que procurar una distribución más equitativa de la riqueza, asustó a quienes especulan con la economía mundial.
Al principio, cuando fue designado patrón del FMI, él participaba de las mismas ideas pero fue tras la crisis financiera mundial, cuando se alzan críticas contra la banca mundial, culpándola, y el papel permisivo del gobierno de EEUU, cuando DSK comienza a desmarcarse de la política seguida por sus antecesores y del dominio ejercido por los EEUU en el seno de la organización, a quienes DSK responsabilizaba de la expansión de la crisis “made in América”.
Ser defensor de otras vías de ayuda y financiación que permitían no tener que recurrir a privatizaciones desenfrenadas, que él consideraba innecesarias en múltiples casos, le puso en el centro de la diana de la banca mundial, que sólo perseguía tener garantizados sus desorbitados lucros. No iban a aceptar que el FMI se transformase en una organización redistribuidora de riqueza. DSK se había convertido en un problema a eliminar.
“Al final, el empleo y la justicia son las bases de la prosperidad económica, de una política de paz y estabilidad. Estas son las bases del mandato del FMI; esta es la base de mi programa” “Hay que reforzar el control de los mercados por los Estados. Las políticas globales sólo sirven si conlleban mejor distribución de rendimientos. Los bancos centrales deben limitar la expansión rápida de los créditos y los precios inmobiliarios…”. “La globalización consiguió resultados pero con un lado sombrío: el foso cavado entre ricos y pobres. Es evidente que hay que crear una nueva forma de mundialización para impedir que la mano invisible de los mercados se torne un puño invisible”. Pronunciado en la George Washington University, con la primer frase firmó su sentencia de muerte, con la segunda cavó la tumba y con la tercera, se metió en el ataúd y las marionetas, danzaron.
El condenable tema de la camarera no resta gravedad a la causa real por la que se empleó esa carnaza  para alebrestar a las masas, que se le tiraron a degüello sin plantearse siquiera qué estaba escondiendo la noticia. Igual que existen movimientos para advertir de las consecuencias de nuestros comportamientos en el cambio climático (la huella ecológica), tendría que haberlos para las consecuencias de comportarse como borregos para la existencia misma de la raza humana; las redes sociales ya son reflejo de lo que impera por ahí y los medios de comunicación al uso nunca van a contar la verdad, dominados como están, algunos, por esa oligarquía financiera manipuladora a nivel mundial.
 

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