Machacar al adversario

Cuando el día de la sesión de investidura de Rajoy el diputado Rufián verbalizó el rosario de acusaciones contra el PSOE, algunos estuvimos de acuerdo con aquella relación de aseveraciones en forma de pregunta: “¿No les da vergüenza que…?” En las bancadas socialistas, sus señorías se revolvían. Dicen que “quien se pica, ajos come”.
Aún despreciando la chulería matona de los diputados del nacionalista ERC (“el carlismo se cura leyendo y el nacionalismo, viajando”-dejó dicho Pío Baroja) la parte de la intervención que tanto se le afea al mentado no contiene más que verdades innegables. Pero no sienten vergüenza, no; si no, no hubieran cambiado unos principios por otros, a lo Groucho Marx. Ni hubiera prevalecido el alegato con el que se justificaban hasta que se dieron cuenta de lo feo que quedaba y dejaron de recurrir a él (que unas terceras elecciones había que evitarlas so pena de menguar aún más su número de diputados) trocándolo por el manido “interés de España”.
Si ocho millones de españoles habían votado, “los muy ignorantes”, al partido de la Gürtel, Bárcenas, Barberá, todos los chorizos de España, los Pujoles, paraísos fiscales, sicav, etc., ahora un sector del PSOE, el mismo que con su comportamiento posibilitó acuñar el término PP-PSOE y el surgir de la letanía “PSOE y PP, la misma mierda es”, se posicionó al lado de todos ellos ante el temor de quedarse sin ubre ni pesebre, además de cualquier otra razón que, aunque intuíble, el paso del tiempo descubrirá. 
“Se abstienen por responsabilidad”, dijo Antonio Hernando. Ya; la misma, por ejemplo, que llevó a un destacado dirigente a Sudamérica, enviado por otro de los que ahora participaron en el asalto a Ferraz y deposición de Pedro Sánchez, para controlar “democráticamente” aquellos votos, no emitidos en urna, y las sacas, en aquellas famosas elecciones autonómicas. Los mismos que provocaron que los miembros más antiguos del partido hayan ido alejándose o causando baja del mismo como un goteo incesante, porque años ha que dejaron de ver reflejado en el actual PSOE el partido aquel de los 100 años de honradez.
Pedro Sánchez ha perdido no sólo la batalla sino esta guerra, sencillamente porque juegan en su contra declaraciones sibilinas de unos y otros que se asientan en el cerebro, adocenándolo, si no se mantiene un estado de alerta permanente, cuestionándolas. Por ejemplo: por parte de dirigentes, ex dirigentes, tertulianos y prensa adscrita se le zumba a Sánchez con el rollo de la gravedad de sus declaraciones de que hay que dialogar con Podemos y que ¡mira tú a dónde nos conduciría el insensato! 
Pero nada dicen de que también Josep Borrel, con otro peso y de vuelta de esta tropa, también haya aludido a que “¡cómo que no va a haber que acercarse y dialogar con Podemos, si ahí están nuestros hijos!”. No, van contra Pedro; contra Borrel irán si osa dar un paso al frente.
¿Más zascas? El ex ministro Corcuera, ugetista metalúrgico para más señas, pontificando en el Cascabel ¡y con qué ampulosidad! Pues bien; estaba ahí alabando la valentía de Antonio Hernando por “tener lo que hay que tener –sic– para cambiar de opinión y abstenerse”. Bueno, dónde Corcuera vende huevos y valentía, otros vemos tradicional maniobra cambiachaquetas.
Puso podre a Margarita Robles por no entregar el acta de diputada. Y bien, ¿dónde queda aquello de que “hay que luchar desde dentro aquello que haya que cambiar”, partido, instituciones, donde sea el caso? Aún no sintiendo simpatía por Pedro Sánchez, en esos 15 diputados que se mantuvieron en el No existe una rectitud esperanzadora; su presencia en medio del ejército pancista y acrítico es una garantía de higiene mental.
De Odón Elorza el sobrado Corcuera comentó, indignado, cómo se atrevía a votar No cuando él gobernó San Sebastián con el apoyo del PP. Ah, ¿y qué tendrán que ver aquellos dirigentes populares locales con el actual presidente salpicado por las cacadas de sus más cercanos prebostes y colaboradores?
En fin; mucha artillería en contra tiene Pedro como para salir incólume de la contienda, de la que alguno de los hoy leales se volverá cual girasol hacia al sol que más calienta. Encima, no empezó con buen pie, tirando de la manta sólo cuando se ha visto destituido. ¿Un nuevo partido socialista? Tiene donde mirarse: R10 y UPYD; anda que desde el PSOE no machacaron a una de las poca mentes lúcidas del panorama político español mientras empoderaron a la bocachancla andaluza. Resumiendo: lo tiene crudo.
 

Machacar al adversario

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