El guasap

Se acuerdan ustedes de aquel anuncio de televisión que había hará unos ocho años, que trataba de un joven que se acercaba a una entidad bancaria para solicitar un crédito y cuando le estaba exponiendo al director de la oficina en qué consistía su proyecto, éste, cariacontecido, impertérrito, le espeta “¿Está usted de broma?” y el chico, también sin mover un músculo facial, prudente pero resuelto le responde “No”?
No recuerdo qué financiera se publicitaba e ignoro por qué dejaron de emitirlo en tan breve espacio de tiempo porque cuanto más tiempo pasa, más necesaria se presenta una empresa como aquella cuya financiación pretendía el joven para ponerla en marcha.
El negocio en cuestión consistía en, no sé cómo decirlo, “acompañamiento generalizado”: ¿Necesitas unos amigos para configurar un equipo de futbol y echar una partidita? Hecho. ¿Necesitas que un amigo te felicite el cumpleaños? Ahí está. ¿Necesitas un grupito con quién compartir la tarta de cumpleaños? Encantados y aún te cantarán, animadísimos, el “Felíz, Felíz, amiguito…”. Y así sucesivamente para las necesidades más peregrinas, aquellas que te azotan con una realidad: que estás más sólo que la una. Porque para una necesidad urgente, urgente de verdad, probablemente tengas quien te eche una mano, un vecino tal vez o ese pariente que si tú le dejas de llamar, no recuerda jamás que existes. Si te está dando un infarto, a ver qué vecino o simple viandante no llama a una ambulancia y te deja atendido. Sí, ya sé que se vio por televisión unas imágenes de cómo pasaban por tu lado, tirado en el suelo y ni para ti miraban…; pero aquello era China, no España y hasta ahí todavía no llegamos.
Urgencias al margen, hay otros asuntos “menores” que inciden directamente en la calidad de vida y ahí le duele a mucha gente ya que esa circunstancia es la que llena de razones el sentimiento de soledad; hay momentos en la vida en que parece que se confabulan los astros para que sientas abandonado, por más que no halles el por qué: los amigos de toda la vida, aquellos que escogiste por afinidad y que configuraron “tu familia de hecho”, de repente ahuecan el ala; los menos amigos, o sea, amistades, no son los apropiados a quienes les puedes requerir para ciertas necesidades. Los familiares, caso de tenerlos, pueden serlo de derecho pero no de hecho por la razón antes expuesta.  O puedes tener la mala suerte de ser miembro de una familia tan corta que donde no hay, no hay. Total, que a la hora de la verdad y sin comerlo ni beberlo, te encuentras con que no tienes con quién ir al cine o celebrar una efeméride, mientras aquellos amigos que eran más cercanos que tu propia familia, lo pasan de miedo y de cuando en cuando, meses de por medio, ¡te envían un guasap! Ni un telefonazo, ahora que no cuesta.
A Javier Urra, Psicólogo Forense de la Fiscalía del Tribunal Superior de Justicia y Juzgados de Menores de Madrid (en excedencia voluntaria), miembro del Instituto de la Felicidad de Coca-Cola en calidad de experto y por el medio del currículum,  un millón de estudios, responsabilidades y cargos más, en una conferencia le oí decir que “amigo es aquel que no pasa dos días sin saber de ti”. Bueno, tampoco hay que exagerar. Pero sabiendo que estás mal y que tienes cierta edad, que pasen dos meses y que cumplan el trámite enviando un guasap y, aún por encima, a tercera persona (“Dale un beso de mi parte”, “Felicítala de mi parte”), no me digan que se mire por donde se mire, no es para nota.
Resumiendo: que discrepo de aquel banquero del anuncio de televisión porque yo veo muy necesaria aquella empresa de “acompañamiento generalizado” o como se denomine en el argot al efecto porque tampoco es un simple acompañamiento, ¡cuidado!,  sino que requiere interpretar un papel concreto, el demandado, y porque no creo que sea Flora, el caso que les estoy exponiendo, el único bicho raro que se encuentra en esta circunstancia. Y no, no es bicho en extinción en absoluto; estas empresas existen en Cataluña y sus componentes son personas ligadas al mundo del teatro, con un nivel cultural alto y capacidad demostrada para caracterizarse e interpretar el personaje requerido por la parte contratante. 
Nada similar se encuentra en Galicia.  Sin embargo Ferrol y más aún Narón, es cuna de muchos profesionales y amateurs. ¿Cómo no surgirá una iniciativa de esta índole, abocados como estamos a sufrir de los más cercanos que nos dejen tirados y no tener ni con quién festejar?
 

El guasap

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