Ejemplos

Los programas están para no ser cumplidos”, había dicho el profesor Tierno Galván metido a alcalde de Madrid cuando ya se había desayunado varios sapos al respecto. “La política es muy sucia y es conveniente ducharse bien todos los días”, fue otra de sus máximas. Sin embargo, hay alcaldables que por haber sido monaguillos antes que frailes o por estrenarse en la odisea política y no querer hipotecarse pues ejercen profesiones liberales, llevan en sus programas para estas elecciones municipales algunas propuestas aparentemente menores pero sugestivas que tendrían, de salir elegidos y poder llevarlas a cabo, una incidencia 100% directa sobre la calidad de vida de los ciudadanos y, por consiguiente, un objetivo final valorable económicamente.
Al primer caso responde el programa electoral del candidato socialista de Fene, Antón Noceda Carballo, con un proyecto  que bien merece por sí solo el voto. Sin lugar a dudas, el Concello es la institución más próxima a la ciudadanía y, sin embargo, desasiste a sus vecinos absolutamente frente a los abusos ya no solo de grandes corporaciones energéticas, banca y empresas de comunicación, que aprovechando su posición de dominio atropellan y estafan impunemente a la ciudadanía, sino frente a los pepegoteras. Sirva de ejemplo el siguiente:
Instalador de calderas de agua y calefacción, presume de ser el delegado, que no lo es, de la única marca que vende. De reconocido prestigio internacional, excelente fabricación alemana y caldera estupenda, la instalación resulta poco cuidadosa, la salida de gases, mal posicionada y exceso de chulería por parte del instalador-falso delegado que intenta convencer de que “es-así-porque-sí-que-así-viene-de-fábrica-y-le-va-decir-a-él-el-técnico-oficial-de-la-casa-cómo-tiene-que-ser”, intolerable. Resultado: al abrir/cerrar el grifo, cornetazo al canto proveniente de la salida de gases; en cuanto a albañilería, merece como premio el cierre del negocio. No hay derecho.
Solo la rebeldía como consumidor puede eximir de tener que aguantar el cornetazo por el resto de la vida útil del aparato. Había razón para tal rechazo: llegado expresamente el servicio técnico para analizar la instalación, se comprueba que el pepegotera local había manipulado el interior del tubo, cortándolo a voluntad no se sabe por qué, provocando una entrada de aire que no tenía que darse y una caída de agua de condensación hacia el exterior, prohibida por la normativa industrial que rige para este tipo de artefactos.
Mala suerte haber contratado con quien ya empezaba a ser conocido por mala praxis. ¿El 85% de los ciudadanos hubieran sabido pelear; lo harían?
Frente a estos agravios, tanto más indignantes cuanto más indefenso resulta el afectado, no hay respuesta contundente por parte de la institución municipal que dice velar por los intereses de sus conciudadanos, cuando como mínimo podría promover las empresas, al menos las ubicadas en su término municipal, que dispongan de certificados EMAS y demás, que reconocen la buena gestión ambiental y, por ende, empresarial, al estilo de cómo se distingue con la Q de Calidad los establecimientos de hostelería y restauración, además de exigirlos para contratar con la Administración. Lo que no hay derecho es a ser víctimas de los pepegoteras y que estos campen a sus anchas.
Al respecto, la propuesta de Noceda consiste en crear un servicio integral de atención al consumidor que ampare los derechos de los vecinos frente a los agentes mencionados así como garantizar su defensa ante terceras Administraciones si por justicia corresponde. Ole, ole y ole.
La otra novedad la aporta Cs-Ferrol. Dijo su candidata, la abogada Ana Rodríguez  Masafret, que “para hacer ciudad” es indispensable conocer su historia, geografía, realidad socio-económica,… y sólo así se podrá quererla y respetarla” Para ello propone empezar por los más jóvenes.
Lógicamente, pues con los menos jóvenes, forjados en el desapego, ya no hay remedio. Muy bien puesto que tal vez sea necesario “hacer muuucha ciudad” primero, para lograr que sea la propia ciudadanía, con su alcalde o alcaldesa a la cabeza, no hay otra manera, el motor necesario para impulsar con éxito ciertos proyectos quizá beneficiosos para la urbe y que inexplicablemente languidecen periódicamente o desaparecen, trátese de una fragata-museo, trátese de lograr que determinados elementos alcancen la declaración de Patrimonio de la Humanidad. Por ejemplo.

 

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