Cuestión de matices

si antes de concluir el plazo me telefonean invitándome a participar en un concurso y encima me llevo un premio, mi suspicacia me haría preguntar cuánta participación hubo y, por si la respuesta fuese un número inflado, sería prudente a la hora de presumir urbi et orbe del mismo y de compararme con otros galardonados. Por si acaso. 
Buen recopilatorio daría escribir sobre los varios “fantasmas” de Ferrol; ya hemos visto por el “pequeño Nicolás” con qué facilidad se granjean la confianza de la gente más insospechada, resultando cómicos, patéticos o peligrosos en función de a lo que se dediquen y apliquen sus fantasías y mentiras. Detrás de ellos, siempre dispuesto algún medio, ahora llamados de desinformación, sirviéndoles de plataformas propagandísticas de sus bulos por lo que el efecto de sus falsedades se multiplica exponencialmente en una sociedad proclive a confundirse y a pasar por alto que conviene no comulgar con ruedas de molino, que hay mucho pequeño y pequeña Nicolasa suelto y que por definición nada es blanco o negro sino que puede estar lleno de matices. Por ejemplo, algo que afecta a los políticos: imputado.
Estar imputado, ahora “investigado”, por la presunta comisión de un delito se considera por los partidos que así lo exigen, causa suficiente para tener que abandonar la actividad pública. ¿Y qué pasa con el derecho constitucional referido a la presunción de inocencia? Pues que se lo pasan por el arco. Así, cualquier excusa, una prueba falsa, vale para quitarse de encima al contrario. Incomprensiblemente ahí siguen instalados aunque se les pueda volver en contra como un boomerang, exigiendo dimisiones ante lo que son meros indicios por mucho que tengan pinta de ser reales. 
Mas cuando hay hechos probados, ná. Como dice en las redes un tal @joluanguita: “Estamos tan acostumbrados a hacer el gilipollas que lo somos: El informe del Banco de España sobre el dinero tirao en rescates es pa... Pero aquí no ha pasado ná; convocarán elecciones y más del 50% de la población dará los votos suficientes pa que nos sigan estafando”.
“Una mentira repetida mil veces no la convierte en verdad”, me escribía un comentarista anónimo en mi última columna, discrepando (y presuponiendo a quién me refería) del aserto de que cierto personaje ferrolano presumía, urbi et orbe como la pequeña Nicolasa, de ser Juez y Fiscal, habiendo afirmado que “por la puerta de atrás”, a diferencia de Margarita Robles, que lo era por oposición pero a quien Corcuera señala como puesta a dedo. Al margen de coincidir o no sobre el sujeto o sujeta.., yo me refería al acceso a la carrera por el conocido como cuarto turno siendo el caso que ni reconocido prestigio ni años de antigüedad por lo que.. enchufazo habríamus. Pero héte aquí que la persona a la que el anónimo “ferrolano” sí se refería (citaba el BOE) cubrió el refuerzo por contrato temporal para lo cual sólo hacía falta ser licenciada y haberse inscrito en la lista habilitada al efecto, como cualquiero otro podría hacer; yo misma, de haber sido más intrépida. Otra cosa es que llaman a quien llaman; yo no hubiera tenido enchufe. De ahí que el ex-ministro crea que todas entran a dedo.
Pero bueno, quedémonos con la frase; de la misma manera que una mentira repetida mil veces no se convierte en verdad, tampoco Mariano es lerdo porque así se reitere en las redes. Circula un simpático vídeo en el que Pablo Iglesias queda desconcertadamente maravillado ante la última frase brillante de Rajoy: “Cuanto peor mejor para todos y cuanto peor para todos mejor – mejor para mí el suyo beneficio político”; un comentarista se pregunta “cómo lo haría en la oposición”. ¡De sobresaliente! 
Pura repetición memorística de lo chapado; nada que ver con lo de ahora, que aunque vaya leyendo una plantilla también tiene que ir improvisando. Salirse por peteneras aunque sea con frases así, es todo un arte. Lo hace contundentemente y se queda tan ancho. Otros nos quedaríamos bloqueados, ni mú. O aún se nos escaparía ante tanta roncha y tanto tardá, un involuntario “vai tomar polo... saco”. Despacharse como lo hace y sin perder la compostura, lo convierte en un figura.
Otro dogma: moción de censura. Su intento en Fene y por lo que respecta a los socialistas, fué saludado por el aparato provincial con tarjeta roja: “Bajo ningún concepto se dejará gobernar a la derecha” Vaya; susanistas, gestora,.. ellos sí conculcaron tal principio permitiendo gobernar al PP. ¿Entonces? No se trataba de dejar gobernar al PP sino de impedir que continuase desgobernando un BNG al que reprueban una serie de incumplimientos y represalias. Por tanto, el “no es no” a Rajoy no debe ser de aplicación automática en todas las circunstancias; puede resultar una ingerencia en la política municipal: ¿qué intereses prevalecen, los del partido? A Pedro le diría que revise los dogmas, permitiendo anteponer el superior interés general de los ciudadanos estudiando caso por caso porque hay matices, no es oro todo lo que reluce y no siempre las cosas son lo que parecen. Que un plato puede ser un tapacubos y un vaso, un portalápices.
Total, que entre matices, redes, medios y nicolasas, @joluanguita lo clava: “Un país que sigue aplaudiendo que los goles de Messi o Cristiano le cueste colegios, hospitales o pensiones, tiene muy mal futuro”. Sin matices.
s

Cuestión de matices

Te puede interesar