El lago mareal

Así, con este nombre tan elocuente, lo definió Vicente Irisarri cuando presentó el proyecto siendo Presidente de la Autoridad Portuaria, se trataba del cierre de la Ensenada de La Malata con una especie de espigones entre el muelle carbonero y uno de los varaderos de La Graña quedando estos unidos entre sí por una compuerta hinchable que permitiría el aliviado del agua procedente del Río de la Sardina y utilizando la citada compuerta para permitir una vez deshinchada el vaciado total de la ensenada, permitiendo así el vaciado total y renovación posterior del agua con la siguiente marea llena permitiendo, entre mareas, el marisqueo. 
Visto así, todo muy bonito, pero detrás del proyecto citado se escondían otras maniobras pensando en el beneficio de unos y, seguramente, el lucro de otros. La Autoridad Portuaria con los rellenos que proyectaba hacer por un lado y los propietarios del varadero que con la venta del terreno que habría de utilizarse por otro, tenían el asunto bien planteado. Y digo venta no expropiación porque la diferencia entre una cosa y otra pecuniariamente hablando es bien abultada y claro no era cuestión de cobrar el justiprecio, sino más bien de forrarse con la operación pretendida.
El mal está hecho, léase puerto exterior, que nunca debió hacerse en el lugar donde se encuentra, es decir Caneliñas, a la vista del tapón que supone para el flujo mareal de la ría y la consecuente interrupción del aliviado de lodos y vertidos que en ella se producen y que debemos seguir sufriendo en tanto sigan retardando las infraestructuras necesarias para el saneamiento de La Malata. 
Con este panorama queramos o no para bien ser y que el puerto exterior funcione hay que dotarlo de servicios, uno de ellos el tren a Caneliñas y opino que la opción propuesta para la construcción de la infraestructura necesaria –túnel y viaducto de La Graña– suponen grandes problemas ambientales que tenemos que asumir si queremos, de una vez por todas, dotarlo de los servicios necesarios para evitar la infrautilización que hasta el momento viene sufriendo, y que de no hacerlo sea esto un impedimento para el desenvolvimiento de los cometidos para los que se supone fue construida la citada instalación portuaria. 
A mi forma de ver, ahora, ya iniciadas las obras para  el viaducto citado sobre el “embudo” de La Graña partiendo del Muelle Carbonero, será el momento idóneo para retomar aquella iniciativa de cierre de la ensenada con la “compuerta hinchable” antes citada permitiendo mantenerla a nivel de marea llena, mejorando así el impacto visual a mi entender “horroroso” y “cheirento” que supone ver y oler la Ensenada de La Malata con marea baja. 
La construcción del viaducto ya no hay quien la evite, entonces, y ya desgraciada la zona con semejante mamotreto, porqué no aprovechar para hacer el cierre en cuestión que permitiría alternar el estado de lleno o vacío de la ensenada permitiendo con este último el marisqueo a pié durante unas horas a la semana, por ejemplo, marisqueo que a día de hoy solo unos pocos intrépidos practican a pie, todos ellos, o si no la gran mayoría, son furtivos. 
Visto así, el marisqueo autorizado, el impacto ambiental que no se vería mayormente afectado, el impacto visual -marea llena- mejorado sensiblemente, el impacto biológico que no sufriría graves agresiones, parece que la opción apuntada solo traería  ventajas. 
Pero claro, esto puede ser un arma de doble filo ya que semejante actuación podría dar pié a nuevos rellenos, cuestión esta que debemos evitar a toda costa para lo que se debería  “blindar” la ensenada contra semejante atropello y yendo acompañada la citada actuación del dragado previo de la zona.
La Ensenada de La Malata será en breve dotada de dos “tanques de tormentas”, situados uno en las proximidades del CIS y el otro cerca de la desembocadura del Río de La Sardina, además de las canalizaciones necesarias para trasvasar las aguas procedentes de los mismos, según reza el proyecto sometido a consulta pública,  durante el mes en curso, en la Autoridad Portuaria de Ferrol San Ciarían. Pero esto no va a ser la panacea ya que lo único que se conseguirá será recoger para depurar posteriormente en Caneliñas las aguas procedentes de escorrentías, ríos, residuos del saneamiento y poco más, pero que va a pasar con los lodos depositados durante décadas en la superficie que las mareas, inundan o no, si no se efectúa una actuación en aquella con el pertinente dragado de la misma haciendo desaparecer esos lodos altamente contaminados por toda clase de residuos, aceites, metales pesados, etc.,  procedentes de los trabajos en los astilleros.  
Pues mira, ahora que nos van a plantar el viaducto delante de las narices, no veo yo mala idea retomar aquella obra planificada para beneficio de dos o tres, no voy a citar nombres aquí, caso de que se hubiese realizado el cierre en aquella ocasión o que, por el contrario se haga ahora y que sea en beneficio de todos.  “Lago Mareal de La Cabana, SI”.

El lago mareal

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