Si llueve por Santa Bibiana...

A Susana Díaz le gustaría tanto coincidir en las elecciones andaluzas con las generales –que algún día tendrá que convocar Pedro Sánchez– como a José María Aznar le gustaría compartir un crucero con Mariano Rajoy, en un yate de pocos metros de eslora.
Por eso, Susana Díaz ha elegido el 2 de diciembre, día de Santa Bibiana, por lo que ya es imposible que Pedro Sánchez le acompañe en los mítines, que de aquí a cincuenta días a saber cómo estará el Gobierno en general, el PSOE en coronel, y las autonomías en sargentos. Suceden tantas cosas en España, durante un día, como para profetizar los acontecimientos de más de medio centenar de jornadas, con sus chalets a precios de saldo, sus doctorados de rebajas, sus sentencias de los ERE, y esos filósofos enderezando las industria del uranio, hasta ahora dirigidas por ignorantes ingenieros, que saben mucho de la edad de los isótopos, pero no saben en qué año murió Platón.
Susana todavía no ha puesto a un poeta lírico al frente de la Consejería de Hacienda y por eso pretende hacer llegar el mensaje de que puede que la Junta de Andalucía sea una gran agencia de colocación, pero todavía no ha llegado al osado atrevimiento de Pedro Sánchez, al que los disimulos le deben parecer debilidades de flojos y cobardes.
Dice el refranero que “Si llueve por Santa Bibiana, llueve tres semanas, y si le acompaña su primo San Canuto, tres meses juntos”.
Las previsiones meteorológicas nos hablan de un otoño húmedo, pero las previsiones del tiempo a largo plazo pueden ser tan inexactas como las encuestas tempranas. De momento, Susana ya ha cogido la delantera y puede ser interesante el mosaico que salga el día 3 de diciembre, día de un vasco universal llamado San Francisco Javier. Es probable que, al día siguiente de Santa Bibiana, aparezca un mosaico tan variado de posibles alianzas, que a algunos les alejará de la santidad e incluso de la política.

Si llueve por Santa Bibiana...

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