Quo vadis, Reino Unido?

ás allá de las declaraciones, me pregunto cómo la Unión Europea está preparando el día después del Brexit... Y es que a lo que parece Boris Johnson está dispuesto a consumar el Brexit por las buenas o por las malas, por lo pronto ya ha “cerrado” el Parlamento sin inmutarse por la decisión del presidente de la Cámara de los Comunes, John Bercow haya decidido dimitir..
Sí, es cierto que el Parlamento británico no se ha dejado ningunear por Johnson y ha puesto freno, pero teniendo en cuenta las peculiaridades del personaje, no se puede descartar que al final se salga con la suya aunque sea forzando las propias leyes de su país.
Por lo pronto Johnson “se ha comprometido a asistir a la reunión del Consejo de Europa que se celebrará en Bruselas a mediados de octubre, pero eso no es garantía de que no continúe adelante con su disparatada política por más que el encargo que tiene del Parlamento es que intente un Brexit pactado con Bruselas.
De manera que si nos tomamos en serio las afirmaciones y amenazas de Johnson lo que está sobre la mesa ya no es si se va a consumar el Brexit o no, lo que está sobre la mesa es que el jefe del Gobierno del Reino Unido está dispuesto a lo que sea con tal de que su país deje de formar parte de la UE. De ahí la importancia de que las autoridades comunitarias tengan previsto todo tipo de medidas, es decir, un “plan A”, un “plan B”, un “plan C” y cuantos sean necesarios para hacer frente a este cataclismo. Porque es absurdo negar que el Brexit tendrá un fuerte impacto en la economía europea y que harán falta más que buenas palabras y buena voluntad para paliar los efectos de ese tsunami político y económico.
Se echa en falta, que los líderes de la UE y los jefes de Gobierno de los países miembro nos expliquen lo que nos espera. Hasta ahora solo escuchamos declaraciones, pero no un análisis aproximado de lo que puede suceder ese “día después”. Se nos dice que España está preparada para afrontar el Brexit y que el Gobierno ya está trabajando con las comunidades autónomas para hacer frente a esa posibilidad. Será así, pero me parece que hace falta que de manera didáctica nos expliquen a todos, y cuando escribo todo, me refiero al común de la ciudadanía, cuáles serían esas consecuencias y qué se va a hacer o se está haciendo para paliar lo que pueda acontecer.
En el Reino Unido viven miles de ciudadanos comunitarios, y no son pocos los españoles que hay, y hasta ahora lo único que saben es que se les dice que no se preocupen, que no tiene por qué cambiar su situación. Eso sería lo deseable, ¿pero será real? Creo que los ciudadanos de a pie aún no somos del todo conscientes de lo que se nos viene encima. La economía alemana no está tirando de la economía europea y desde distintos organismos internacionales se avisa de que estamos en vísperas de una recesión, a cuyos efectos habrá que añadir los del Brexit.
Por eso me parece urgente que nuestros gobernantes nos expliquen con claridad qué puede pasar si es que se consuma el Brexit a las bravas, porque si es así lo único seguro es que la economía europea no será la misma y eso tendrá una repercusión en la vida cotidiana de todos nosotros. Estamos a la espera.

Quo vadis, Reino Unido?

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