Un “Falstaf” histórico


Por primera vez en Galicia y de mano de la entidad “Amigos de la Ópera” de A Coruña, pudimos disfrutar de la representación de Falstaff, la última ópera de Verdi, que tras escribir gloriosas páginas musicales llenas de dramatismo nos sorprende, cargado de años y de humanidad, con esta comedia basada en The merry wives of Windsor de Willian Shakespeare, el inmortal cuyas obras proclaman con insuperable vigor y elocuencia los inmensos abismos de las pasiones y las virtudes humanas, adaptada magistralmente por el libretista Arrigo Boito, que supo distinguir en la obra a uno de los caracteres mejor logrados de Shakespeare: Falstaff, un baladrón estrepitoso, jactancioso, festivamente cobarde, rodeado de disolutos compinches, que trata de ganar con su moral distraída y a fuerza de estratagemas un prestigio y un honor imposibles. Surge así esta magnífica ópera, ejemplo de dominio técnico, en la que la música se encarga de captar el contagioso humorismo de caracteres y situaciones, puesta en escena esta vez con un reparto de excepción: Bryn Terfel, como genial protagonista, Ainhoa Arteta, Marianne Cornetti… el Coro Gaos y Minigaos dirigidos por Fernando Briones y acompañados por la Sinfónica de Galicia bajo la experta batuta de Alberto Zedda. Todos supieron recrear de forma magistral esta lección de vida en la que “las máscaras, entre la risa y el llanto, reflejan las contradicciones del espíritu humano” llevándonos aún más allá, ya que al final, en los límites de lo real y lo imaginario, aparece un mundo transformador de hadas, ninfas, duendes, elfos… en asombrosa y bellísima escenografía- Gustavo Tambascio- que no vencen la realidad de Falstaff, cuando hace que el ultraje de la burla no suene a derrota. Todos nos reímos del grotesco personaje, pero no debemos olvidar la última de sus enseñanzas: “La presunción es ridícula, porque la victoria de hoy puede convertirse en la derrota de mañana y… viceversa”.

Un “Falstaf” histórico

Te puede interesar