Deslumbrante filharmonía

Una noche con los Esterházy”. Así rezaba el programa  monográfico versado en la figura de J. Haydn que sonó en el Auditorio ferrolano dentro de la presente programación de la Sociedad Filarmónica Ferrolana que con la Real Filharmonía de Galicia nos ambientó en el “Versalles húngaro”, a la orilla del lago Neusiedl, el palacio rococó más importante del país en el que residió el compositor que fue, como apuntaba Nietzsche “tan lejos como los límites de la moralidad permiten al intelecto”, consagrándose como el principal exponente del período clásico. Allí –aunque en la residencia de los sirvientes– bajo el mecenazgo de esta familia magiar de la nobleza húngara el Maestro del oratorio y la sinfonía escribió la mayoría de sus obras para deleite de aquella poderosa nobleza de grandes riquezas y esta vez, para nuestro propio deleite. Equilibrio formal y sencillas melodías tratadas con un virtuosismo inusual expresado con gusto sublime por las apolíneas cuerdas, especialmente por el concertino James Dahlgren. Escuchamos primero la Sinfonía Nº 25 en Do Mayor, para proseguir con el Concierto para violoncelo Nº 1 en la misma tonalidad, muy próximo al espíritu mozartiano, en el que el prestigioso chelista portugués Paulo Gaio Lima, considerado uno de los intérpretes lusos más reconocidos internacionalmente hizo gala de su depuradísima técnica y su sensibilidad. Ya en la segunda parte un ágil divertimento al que siguió la Sinfonía de los adioses, que aún siglos después produjo el asombro del público que contempla como progresivamente los músicos  van abandonando la escena, si bien, esto responde a una reivindicativa historia musical de los intérpretes de Esterházy. Un concierto en el que la RFG brilló con luz propia en una impecable actuación que habla de su grandeza.
“Si el genio puede existir en un hombre meramente virtuoso entonces Haydn lo tenía”.

Deslumbrante filharmonía

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