El Dique de Mareas, una historia sin terminar. El Museo de Anclas, otra historia sin empexar

urante el siglo XIX funcionaron en la banda norte de la ría ferrolana tres astilleros privados: el del Reverbero y el de Otero Gil, ambos en A Graña, y el de Cardemil, en A Cabana. Este último fue fundado el año 1810 por el empresario Juan Antonio Cardemil, incluyendo en sus instalaciones un notable dique de mareas, considerado el más antiguo de Galicia y el segundo más antiguo de España. 
El astillero de A Cabana funcionó hasta principios del siglo XX, construyendo varios buques para la Armada. El año 1836 pasó a propiedad del ingeniero Manuel Ciarán, que modernizó y amplió sus instalaciones y talleres. 
Durante su época de actividad se construyeron una corbeta de 800 toneladas y una urca de 700 toneladas, además de embarcaciones de menor porte. El astillero también se dedicó a reparar de naves mercantes y militares.
Entre los años 1883 y 1900 las instalaciones se utilizaron como destilería de elaboración de queroseno. Hasta el año 1923 mantuvo una actividad esporádica como astillero, acogiendo el año 1941 la fábrica de Jabones Beceiro. 
Entre los años 1960 y 1990 el antiguo astillero fue utilizado como sala de fiestas. Finalmente el Concello de Ferrol adquirió las instalaciones, destinándolas a usos náuticos, deportivos y otros.  
Del antiguo Arsenal Civil solo quedó prácticamente el dique de mareas. Elaborado de sillería de buena calidad, tiene 55 metros de longitud, 15 metros de ancho y 3 metros de calado medio, siendo incluido en el frustrado proyecto de candidatura de Ferrol a Patrimonio de la Humanidad, como Bien de Interés Cultural (BIC).
El Concello de Ferrol acometió recientemente un proyecto de rehabilitación del dique de mareas de A Cabana.
 Las obras consistieron fundamentalmente en la retirada de lodos de los fondos del dique, limpieza de sus paredes, recuperación del trazado original y restauración del entorno. Según informa la prensa, el proyecto incluso fue premiado con un galardón de la Consellería del Mar de la Xunta de Galicia.
Con ese motivo fueron numerosas las visitas que se hicieron a las instalaciones rehabilitadas. 
Además de comprobar los visitantes la falta de señalización, la ausencia de algún panel informativo y la carencia de folletos, censuraron el mal acondicionamiento general de la instalacións, la falta de los edificios de apoyo y la compuerta del dique, la suciedad de los galpones, el descuido general del entorno y la carencia de un mínimo lugar de descanso.
Los responsables del Concello de Ferrol deben tener en cuenta que no está acabada la obra. Su rehabilitación actual debe completarse con un Plan de Usos de la instalación, un Centro de Interpretación de la Carpintería de Ribera, tan presente en la memoria histórica de nuestra ría, y un Obrador o Taller Escuela de Formación, que recupere un oficio en trance de desaparición.
 Un Museo de Anclas. El único Museo de Anclas existente en España se encuentra en Salinas, cerca de la ciudad de Avilés. Inaugurado el año 1993, consiste en un conjunto monumental al aire libre, a orillas del mar Cantábrico, mostrando dos docenas de anclas de diferentes tipos y épocas, varias de ellas donadas por la Armada, acompañadas de un grupo de esculturas y estructuras metálicas a modo de velas.
Sería necesario que la Armada pusiese en valor el amplio y notable conjunto de anclas de la entrada del Museo Naval y de otros lugares de Ferrol, buscando el lugar adecuado para formar un buen Museo de Anclas (o quizá mejor, Exposición), bien estructurado y con adecuada información, que enseñase a los visitantes la riqueza y variedad de este importante elemento de los buques. 

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