El salario de la dignidad

Lo justo no se debería tener que pedir ni exigir, lo lógico sería que naciese natural en la humana condición del hombre. Por eso, cuando no se cumple esa premisa es obligado reclamarla con firmeza.
Los guardia civiles y policías han ido a Barcelona a reclamar dignidad para este pueblo y esta democracia, que se perfecciona y avanza en el trato justo entre hombres que desarrollan iguales cometidos.
A ellos, como siempre, les corresponde ir por detrás en materia de derechos y libertades, y por delante en la de las responsabilidades y exigencias. Tuvieron que luchar para tener seguridad social, sindicatos y asociaciones y lo que es más grave, que se reconociese y respetase su condición de seres humanos frente a la barbarie terrorista. Tuvieron y tienen que dar la cara donde los responsables políticos dan el culo, véase y léase el sainete nacionalista y su referéndum y la réplica por parte del gobierno.
Concédaseles, por tanto, la equiparación salarial que exigen, porque no están pidiendo privilegios sino justa igualdad. Y si la caja del estado no puede, que no pueda para nadie. Repártanse los actuales excesos entre todos, comenzando por las nóminas de los miles de cargos políticos, asesores y “mordientes” que los acompañan, y sígase por los altos salarios de la taifa “funcionacionalista” a cuenta de ese permanente agravio que es para ellos la igualdad, la corresponsabilidad y la solidaridad entre hombres y pueblos.

El salario de la dignidad

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