“Sangenjo” en la intimidad

el Pleno de Sanxenxo rechazó instar al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, a utilizar el topónimo oficial de la localidad, en lugar de usar “Sangenjo” cuando se refiere a la villa turística en sus manifestaciones públicas. Evidentemente, la decisión no fue unánime. De hecho, el debate surgió a raíz de una queja del BNG y que, a tenor del resultado del debate, cayó en saco roto. El alcalde, Telmo Martín, argumentó que decirle a Rajoy que emplee con corrección los nombres de los pueblos y ciudades gallegas es una “chorrada”, cuando en realidad no lo es, ya que se trata de algo más relevante que el simple hecho de llamar a los lugares por su nombre. Al presidente le ocurre, imagino, lo que a muchas personas de su tiempo, cuando los nombres de las localidades estaban deturpadas y se utilizaba la versión castellana, por decirlo así. Por tanto, no solo él emplea “Sangenjo”, “Villajuán”, “Villanueva” o “Arosa”, sino otras muchas personas que, incluso casi monolingües en gallego, se expresan de esa manera.

“Sangenjo” en la intimidad

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