Esclavos del éxito

Hace un tiempo asistí a un curso de emprendimiento en el que varios profesores narraban experiencias propias y ajenas a la hora de montar un negocio. Desde la planificación inicial, pasando por el desarrollo del proyecto, sus posibilidades de éxito y de fracaso, el análisis de la competencia y la búsqueda de la financiación precisa para ponerlo en marcha, el curso pretendía acercar al alumnado a la dificultad que tiene el desarrollo de una marca o la consolidación de una empresa en un mundo cada vez más competitivo y globalizado.
Evidentemente, todos hablaban de las ideas geniales que permiten al empresario ganar dinero mientras duerme. Ese fue el ejemplo más repetido en las clases y que estaba ligado de forma directa a internet, un mundo que, según explicaron, tiene todo por explorar para emprendedores con talento y, sobre todo, con ganas de trabajar. Uno de los aspectos que más me llamó la atención fue el valor que todos los ponentes sin excepción le daban al fracaso. 

Esclavos del éxito

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