Vueltas a la noria

anda por las instituciones, un grupo político que insiste en Santiago y cierra España a los que vienen a buscar paz, comida y futuro. Y hay repartidos por nuestros campos que piden jornaleros para sacar adelante las cosechas. Y hay un informe de la ONU –fechado en 2018– denunciando que las condiciones de esos trabajadores son peores que los que se ven en los campos de concentración. Y hay quien confirma que se pagan salarios por debajo de los que marcan las leyes. Y se sabe que la diferencia de precio entre lo que se recoge a pe de árbol o partiéndose “el lombo” engorda a muchos intermediarios. Es el mercado, dicen. Y por eso se busca mano de obra en Bangladés, por citar un lugar muy visitado por el sector textil, y así tenemos –dando vueltas como en la noria – la imagen que, al parecer, desconocen las autoridades como los inspectores de trabajo y nos les hablo de los que sientan el trasero en los mullidos asientos de nuestras instituciones.
Se insiste mucho en que el virus este coronado no admite fronteras, sexo, religiones o simpatías políticas. Pues también es un bulo. Es otra mentira.
Mueren los peor protegidos por la propia sociedad. Y no hablo solo de los sanitarios, que también, sino de esos otros que forman legión y los esconden bajo el nombre de “vulnerables”, cuando en realidad han visto vulnerados su derecho a una vida diga, la salud, la vivienda, la educación.
Deprime echar una mirada a cualquier parlamento, cabrea conocer sus nóminas, indigna enterarse de sus chanchullos y asombra esa propiedad que tienen de no arrugar un músculo cuando a su alrededor ven perpetuarse la miseria, el dolor. Y si se fijan los asientos en esos parlamentos no encontrarán a un par de obreros, ni amas de casa a tarea completa. Un ex jubilado que vivía con 900 euros o un parado de muchos kilómetros de cola hasta llegar al templo ¿? de la democracia. ¿Es cierto que no nos representan o es demagogia? Cierto que se les piden cuentas cada cuatro años pero ya hay quien sabe escabullirse. Ahora mismo hay un senador del PP refugiado en Castilla y León, al que no votaron en Álava pues no les servía. Pero tenemos aristócratas, millonarios y aún nos quedan en la cárcel alguna de sus señorías, que el PP en eso ha dado una buena nómina. No se animen: por más vuelta quede la noria siempre queda alguien abajo…

Vueltas a la noria

Te puede interesar