Va a por los jubilados

Te han dejado helado entre las congelaciones y los recortes. Te han insultado con el 0,25 por ciento y te critican porque tienes un piso comprado con el sudor de tu trabajo. Han retirado de la Seguridad Social los medicamentos de mayor uso.
Los políticos (con sueldos que superan en veinte, treinta veces, tus ingresos anuales) rescataron autopistas y bancos. Llenaron las cajas “B” con las dádivas de a los que compensaban (Florentino y su busca de petróleo cando ya había encontrado el cuerno de la abundancia) o bien con las puertas giratorias (el jardinero-guardia civil que gana más que Rajoy) o con poltronas que vienen a ser puertas correderas por donde entran hijos, cuñados, maridos, sobrinos y demás familia, con huecos para los amigos.
Ahí tenemos al mandamás del Banco de España que se subió el sueldo en el 16,17 y 18, con cantidades obscenas para tiempos de crisis, te pide que vendas el piso para pagar las medicinas que subieron unas y retiraron otras.
Después te pedirá, a ti, pensionista, que has trabajo de sol a sol, que vendas el anillo de boda y vete pensando en el oro de tu dentadura postiza, el televisor y el rosario que te regalaron el día de tu Primera Comunión.
Y ahora, con los jubilados en la calle, Montoro se inventa una nueva deducción… que ya tiene el 63 por ciento de los pensionistas y Rajoy habla de ayudas a los mayores de ochenta años.
Ellos, el Gobierno, nos engaña, miente y esconde otras realidades: Alemania dedica el 30 por ciento del presupuesto para gastos sociales. Finlandia el 60 por ciento y los países del Este incluyen la obligación del Estado, por ley, a cubrir cualquier déficit del sistema.
Y ahora mismo, desde Italia, otro país que, a instancias de Bruselas, recortó las aportaciones a los gastos sociales, le ha dicho a Europa que defenderá su autonomía en los próximos presupuestos que presente.
Y todo esto sucede en un país donde el 46 por ciento de los pensionistas cobran menos de setecientos treinta y seis euros al mes y casi cinco millones de mayores de 65 años están en riesgo de pobreza.
Y hay otras cifras que añadir a la situación actual: alrededor de cuatrocientos medicamentos, de uso común entre las personas mayores, salieron del catálogo de la Seguridad Social y alrededor de un centenar, fuera ya del catálogo, subieron alrededor del treinta por ciento. Van a por ti, compañero. Hay que echarlos. En legítima defensa.

Va a por los jubilados

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