Un paso adelante

A lo mejor, cuando usted lea esta columna esté hasta el moño de  la sesión de investidura que nos puede traer, o no, al nuevo presidente del Consejo de Ministros. Las declaraciones de Pedro y Pablo nos dan pie a recrear la frase más escuchada estos días: un paso para el hombre y un gran salto para la humanidad, que traducimos en “un paso para arreglar el bloqueo y un –al menos eso esperamos los ciudadanos– un salto adelante para el bien del país. Recordemos que Iglesias dio un paso atrás y Sánchez traspasó una puerta.  

Ahora falta conocer los planes a corto, medio y largo plazo, que nos ofrecen “las izquierdas”, como así los bautizaba un comentarista más partidario de “las derechas” 

Hemos llegado hasta aquí después de que el PSOE le pidiera auxilio al PP y a Ciudadanos, que a eso le dedicó más tiempo Sánchez, que a buscar acuerdos con Podemos y parece lógico que los de Iglesias quisiera atar el acuerdo conociendo los bandazos de los últimos tiempos del socialismo. 

Un gobierno de coalición, con otros grupos que se le aproximen, puede obligar al Gobierno –a través de los votos que formen una mayoría– a minorar lo que Millás llama “la cronificación de la pobreza” que ahora impera a nuestro alrededor: jóvenes que ganan menos de lo que recibían sus iguales hace una década; los millones de niños –denunció Unicef– que viven en el umbral de la pobreza y los que tienen un trabajo pero no llegan a fin de mes. 

No se trata de creer en milagros, pero sí de confiar en una sociedad más justa y solidaria conducida por una política que se ocupe de los problemas del común y, de una vez por todas, atienda las demandas de los organismos internacionales y de buena parte de nuestros conciudadanos. 

Nos recordaba en este periódico Xosé Castro Ratón que “el Examen Periódico Mundial (una organización patrocinada por Naciones Unidas) señalaba que España incumple de forma sistemática la normativa internacional sobre Derechos Humanos, violentando gravemente el derecho a la verdad, la justicia y reparación a las víctimas de la dictadura franquista”.

Hace falta estabilidad política, medidas correctoras y sensibilidad con los menos favorecidos a través de un reparto más justo de los impuestos y una política con techo de cristal para que no se escapen millones por las cloacas de la corrupción. Puede, en fin, ser un paso adelante o un tropezón.

Un paso adelante

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