Suman y siguen

Tenemos, por ejemplo, a nuestro paisano y expresidente del Gobierno asombrado por que se le recuerde por su “viva el vino”, cuando de verdad nos acordamos mucho más de su paso por la audiencia, en aquella época que el caso Gürtel era mentira salvo algunas cosas. 

Y recordaremos su frase de “el buen fruto llega después de un gran esfuerzo”, cuando no pensamos en la vendimia, sino en el esfuerzo ciudadano durante aquel largo período de los tijeretazos, la caja B y otros sucesos que a él no le hicieron mover ni un músculo. 

Pues ahí siguen, sumando otro capítulo a la historia del Partido Popular, con el viejo-nuevo asunto de la venta de pisos, construidos con dinero público, a fondos buitre. Una historia del tiempo de la alcaldesa de Madrid Ana Botella, que “colea” hoy con docenas de ciudadanos a punto del desahucio. 

Aquí, repite ufano el señor Feijóo que no hace falta sumar con nadie, pues el PP sigue sumando. Por ahí cuentan que don Alberto es un verso libre del partido y por aquí él hace todos los gestos posibles para desmarcarse del PP, pero esa coartada es tan pueril como la de los niños que cierran los ojos y los oídos para no ver ni escuchar lo que dicen quienes le reprenden. 

Y están los testimonios: la defensa de Moreno, su invitado, mientras en Andalucía el problema de la carne contaminada seguía sumando víctimas. 

Con Casado tras su abrazo con Vox o su tibieza con los casos de Ourense. Y es que siguen en esa suma de despropósitos: Fraga estaba cazando cuando la marea negra lleno de mierda parte de Galicia. Aquello acabó con un “hai que botalos”. 

Y sí, el problema de la carne en Andalucía destapa otro problema de falta de higiene; en todo el país sufrimos una falta de higiene política mientras el bloqueo llevado a cabo por la derecha, desde su marca blanca, que tiene paralizado a medio país.

Por ahí lejos –bajo las siglas del G-7– grandes empresas han prometido salvar el mundo acercándose a los países menos favorecidos para conseguir su “sostenibilidad”. 

Anda, dijo mi vecino, si ya lo hicieron antes: las empresas se “externalizaron”, llevando su negocio a los países con bajos salarios: primero Portugal, luego Marruecos, más tarde… bueno ustedes ya conocen el itinerario y las familias que aquí perdieron sus ingresos.

Y suman y siguen. Y el pueblo haciendo cuentas mientras escuchamos sus cuentos.

Suman y siguen

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