Remueven la cloacas de Interior

Tras el escándalo del caso Iglesias –el líder de Podemos– desde diversos frentes se exige a las autoridades “investigar a fondo a esa banda compuesta por policías, políticos y periodistas” perpetradas bajo la presidencia de Rajoy con Fernández Díaz de ministro;  Francisco Martínez como secretario de Estado para la Seguridad y Cosidó como jefe de la Policía. Es curioso que el PP de Casado haya situado a todo el grupo: unos a Europa, otros como vocales de la Diputación y los polis a embajadas o trasladados. Entre aforamientos y otras juergas los esconden, a la vez que el líder popular se pone de perfil y vuelve a la tesis de “conspiración contra el PP”, al que le siguen creciendo los enanos –mejor dicho, las ranas– pues se investigan nuevos casos de corrupción en tiempos de González y Esperanza Aguirre. Vuelve el pasado con otro caso: investigado por corrupción el cuñado de Rita Barberá. 

Las últimas informaciones sobre algunos protagonistas de esta guerra sucia nos retrotraen a los tiempos del pequeño Nicolás un estafador al que –cuenta “Público”– Villarejo alertó, pasando documentos policiales y judiciales, del procedimiento que se preparaba contra él. Y, según está el panorama, no se descartan nuevas operaciones. 

Toda esta “merde” tiene preocupados a muchos dirigentes del Partido Popular, que, con las elecciones a la vuelta de la esquina, ven el porvenir oscuro. Es el caso del señor Feijóo, que en su día apoyó a Casado y al que paseó por Galicia en varias ocasiones y que, dicen los más próximos a él, ahora se siente traicionado, pues este no es el PP que Feijóo quería y en el que creía. La deriva del nuevo líder acercándose a Vox, la “resurrección” del Aznar más retrógrado y las manifestaciones de la cúpula “pepera” en temas como el aborto, la violencia de género, el feminismo o las recientes sobre pensiones, separan –aunque las formas no sean aún evidentes– a don Alberto del grupo que ahora manda en la tropa popular. 

Algunos comentaristas madrileños añaden a este “desencuentro” la posibilidad de que Feijóo, si falla Casado, sea el heredero directo no solo por su carrera en Galicia tras sus mayorías, sino por el buen ambiente entre los medios de comunicación de la capital del reino y buena parte de sus compañeros de filas bien situados dentro del partido, que en conversaciones privadas reconocen sentirse ninguneados por Casado y a este traidor a la tarea de Rajoy de la que él era uno de sus protagonistas. Se mueven las cloacas y hay marejada.

Remueven la cloacas de Interior

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