Jo con febrerillo loco

Doblamos la cuesta de enero y “febrerillo loco” se nos presenta con la rendición de Carles Puigdemont ante el Tribunal Supremo y el contento supremo del Gobierno.
Dicen los expertos que tanto los independentistas como Moncloa tienen que dejar en paz a doña Justicia y dedicarse a la política. Y es que este problema nunca tenía que haberse resuelto en los tribunales.
Febrero, que entra fuerte, nos trae una lista de los cuarenta españoles más ricos. Aquí tenemos por vecino al campeón de esa liga con sesenta y dos mil setecientos millones de euros, un campeón que al segundo clasificado –el dueño de Mercadona– le “saca” en esta liga de millonetis cincuenta mil puntos (millones).
En total doscientas familias suman doscientos cuarenta y siete mil millones de euros. Uno de cada cuatro euros de los que circulan por España es de ellos.
En esa lista está lo más granado de nuestras figuras y, ay, algunos figuran además en esa lista de donantes al corazón económico del Partido Popular, llamado también caso Gürtel.
Claro que siempre hay un arreglo: a esos financiadores del PP, por corrupciones valoradas en ochocientos millones, se les impuso una multa de mil quinientos millones. A mí me da vergüenza y asco ¿y a la señora de la balanza?
Luego están los jubilosos jubilados (que, por cierto, cabreados o no, nos manifestaremos contra el Gobierno el próximo día 22), a los que la ministra Báñez, transfigurada en la Virgen del Rocío, nos vuelve a insultar diciendo que a pesar de la crisis nos subieron la paga (fue un 0,02 por ciento) lo que nos permite ser felices, comer perdices y ahorrar para comprar zapatos a los nietos.
Oculta que la luz subió un 10 por ciento y los alimentos otro tanto, y los medicamentos lo mismo, con lo que la pérdida del poder adquisitivo superó el siete por ciento.
Hay que echarla antes de que nos mate a nosotros. Es un caso de legítima defensa. Y en el lote a Rajoy y al ministro de Educación y Cultura que mintió el sábado en la “tele” al decir que no hubo recortes en educación cuando la cifra oficial confiesa un tajo de cuatro mil millones…  
En enero cumplió años Felipe VI y ya, por designio divino (bueno y Franco que lo dejó atado), tenemos sucesora para la corona. Su papá asistió a la cumbre de Davos, la inscripción costaba cuatrocientos mil euros, que pagamos nosotros una vez más. Y nos anuncian el Carnaval…  

Jo con febrerillo loco

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