Se desbordan las cloacas

Al virus que nos llega por oleadas le acompaña la otra plaga que –esa sí, señor Feijóo– nos desprestigia más que la pandemia. Para usar sus palabras deja en mal lugar nuestra reputación. Me refiero a la corrupción. Sus nuevos capítulos –declaraciones de Villarejo, información sobre los dineros de los eméritos– desbordan las cloacas que descubren un sumidero de basura. En una entrevista a El País el ex comisario hoy en la cárcel asegura que la idea de poner en marcha la operación Kitchen fue idea de Rajoy. Textualmente dijo: claro que hay pruebas y ellos lo saben. “Están esperando el momento político oportuno” y añadió que hay muchas cosas que tienen aún  que salir. Del falso informe PISA (una maniobra contra Podemos, fue idea d un hombre de confianza de Cosidó, por aquel entonces Director General de la Policía.

El gobierno de Rajoy, según Villarejo, empleó fondos reservados para la “Operación Cataluña” –una campaña para desprestigiar a Pujol– y para desmontar el movimiento independentista.  Hay más:   desde alusiones al Centro Nacional de Inteligencia hasta señalar a Cospedal y Sáez de Santamaría como participantes activas en estas operaciones, pasando por alusiones a trabajos acordados con gobiernos socialistas. Naturalmente todo lo que cuente –salvo lo que esté acreditado en las investigaciones policiales y judiciales deben ser recibidas como lo que son: un intento de un preso para aminorar sus culpas y traspasar las responsabilidades.

Y cuando el personal estaba todavía discutiendo sobre este asunto en el bar y en el chollo,  llega otra noticia relacionada con los Eméritos,  por unas tarjetas opacas de dudosa procedencia, que ya están siendo investigadas por los tribunales. El ministerio público cree que se trata de compras camufladas por Juan Carlos con dinero opaco. ¿Cómplices? Un coronel del Ejército del Aire y un empresario mejicano. Además Hacienda abre un expediente pues no se declaró tal cantidad.   

Hemos oído y leído declaraciones de nuestros políticos con la canción de siempre: desde pedir la presunción de inocencia hasta recordar eso tan arcaico como la inviolabilidad pasando por hacer borrón y cuenta nueva atendiendo a otros servicios que brindó la monarquía. Para el ciudadano de a pie tanta corrupción que llega hasta altos espacios del poder y cuenta con la complicidad de los que no quieren ver ni oír, no solo degrada la política en general y de ahí la desafección de la política en general y la idea de que todos son iguales es otra de las pandemias que padecemos.

Se desbordan las cloacas

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