EL CASO M.R.

Es un caso, palabra. Nosotros, los pobladores del país de Breogan, ya lo sabíamos… de corrido. Nos lo confirmó  aquello de los “hilillos” cuando Galicia vivía estremecida por la peor catástrofe ecológica y el petróleo emporcaba el mar,  las playas, nuestras vidas.
Cuando negó la marea negra, con Trillo vio playas esplendorosas y con Álvarez Cascos descubrió el quinto pino…
Nosotros ya lo sabíamos. Es un caso.
Y ahora, una nueva vuelta de tuerca en el antes llamado “caso Bárcenas” y, desde el domingo con la publicación de las nóminas de Luis C., otro caso de Mariano. Otra mentira.
Tampoco es   verdad que el rescate bancario era “gratis total” pues ahora se sabe que se perderán tres de cada cuatro euros invertidos en salvar a la banca que, ya nos lo dijo el barquero que “las niñas bonitas no pagan dinero” . Lo pagamos los españolitos de a pié. De momento doscientos cincuenta millones de pérdidas que arrastra el rescate.
Y estamos en esas, y en la reforma laboral que empobrece al país cuando llega otro caso.  La verdad se cuela entre tanto cuento y aparecen las
 nóminas de Bárcenas,  fechada una –como prueba irrefutable – en mayo del año triunfal de M.R. Y con ella  la carta que le envió Bárcenas poniéndose a  disposición de la presidencia, abrazo incluido,  desmontando  todo el argumentario,  todo el discurso que se basaba en un “me equivoqué” añadiendo al increíble error la mentira.  
Y fue en sede parlamentaria, mucho peor que Dick el mentiroso que solo contaba trolas en los medios de comunicación…
Era mentira aquello de “cuando yo llegué a presidente Bárcenas no estaba en el PP…”.  Si estaba. Y cobrando.  
Dieciocho mil euros al mes multiplicados por catorce ponían verdad sobre mentira. El de la liquidación en diferido y con disimulo. Hubo nocturnidad y alevosía asta que se descubrió el pastel….
¿Qué va a pasar ahora…?
Es necesario que esta galerna,  que pone al pairo todo el montaje, llegará como la resaca de la marea hasta todas las playas, obligue a una limpieza total. Está en juego la tan cacareada marca España que sufre un nuevo baldón, otra pella de chapapote…
Hay que poner punto y final  a una turbia historia que a lo largo de veinte años, “emporcó” nuestras vidas.
Hay que dejar listo para sentencia el caso M.R.

EL CASO M.R.

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