Caretas, carotas y cenizas

Martes y trece. Martes de Carnaval y víspera del Miércoles de Ceniza; entierro de la sardina y empieza la Cuaresma. Reflexionemos: pones el telediario y te encuentras con una manifestación de jubilados, de pensionistas, que han escuchado a Rajoy y a la ministra de la cosa y ya no aguantan más.
La segunda manifestación la protagonizan policías y guardias civiles, que están hasta el gorro de sacarle, a palos, las castañas del fuego por muy pocos maravedíes.
Cambia el plano la tele y te aparece otra manifestación: los funcionarios de Justicia que, probiños, creían que esto era jauja, pero cobran un veinte por ciento menos que sus colegas del resto de España, Se preguntaba si era igual la proporción de sus políticos.
Los pacientes de la Seguridad Social, con imágenes de fondo que muestran centros de salud y hospitales ¿feitos una merda?, protestando del resultado de los tijeretazos. Cambia el plano y los que aparecen protestando son los estudiantes, a los que también Rajoy y su tropa les destrozo el presente y les pone negro el futuro.
Tenemos a los contratados con poco sueldo y muchas horas de tajo y que no llegan a fin de mes. Están los científicos, a los que la política marianista le “pegó un tajo” del 35%. Solo Polonia nos supera en el número de precarios.
Sumen a este cabreo generalizado a los 450.000 interinos de la administración ocupando plazas públicas que ya han llevado sus denuncias a la Comisión Europea.
Añadan a las ONG que protestan por la constante conculcación de los derechos humanos por la administración española.
No estaban de broma, ni llevaban careta, sino que denunciaban a los carotas. Y, al final, te conozco mascarita, la ciudadanía, ante el desastre de la política económica y laboral, los casos de corrupción que cercan al Partido Popular –y por carambola al Gobierno–señalan con el dedo a Rajoy y la mayor a de los votantes, también los del PP, quieren que Rajoy lo deje.
Son el 62% de sus fieles y la cifra sube al 85% si contamos a todo el personal consultado que nunca no le votó. Cierto que aún hay un 13% que sigue creyendo que la tierra es plana y que la corrupción viene dada con el decálogo del político.
Y, ay, aún nos queda mucha Cuaresma, pues el calendario, salvo moción de censura, les da una prórroga, mientras a nosotros nos matan a disgustos.

Caretas, carotas y cenizas

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