Y ahora se la cuento: “Procedente de Galicia reinaba en España un fresco general y en la misa le pedían a Dios por él y, de paso por el obispo del lugar”.
Se me presenta a caballo, con algo de barba pues no pudo afeitarse allá dentro. Recuerden que era caudillo por la gracia de Dios. ¡Cuántas veces se habrá arrepentido Dios de esa gracia!
Es curioso: Franco era el único de los tres –Adolf Hitler y Benito Mussolini eran los otros– que pervivió a los que perdieron la segunda gran guerra. ¿Por qué? Pregúntenle al amigo americano que plantó aquí sus bases.
“Me dice Franco que no me preocupe, que deja todo atado y bien atado”. Y se monta lo de la transacción (en el sueño llama transición) que jugando en casa ganarán los de dentro: el Movimiento de Adolfo Suárez y Rodolfo Martín Villa, por citar a alguno y los franquistas con los siete magníficos”.
Manuel Fraga había perdido todas las elecciones en Madrid, por lo que lo mandan a Galicia para dirigir la Xunta, pese a votar en contra de los estatutos de autonomía.
Cambia poco: los jueces del Tribunal de Orden Público cambian de silla y a Billy el Niño le recompensa con medallas. Hay un 23 de febrero, tanques en la calle y en los cuarteles champán y paella para celebrarlo.
Asustado despierto y me tomo un vaso de agua. A dormir, digo. Sí, sí. En el sueño se me aparece el PSOE, los jóvenes nacionalistas airados como los llamaban los americanos, que enseguida abandonan el marxismo, el republicanismo, a los parias del mundo, el federalismo y pasan de entrada “No a la OTAN”, a meterse hasta las cachas en la organización. Tropiezan con Filesa y los fondos reservados.
Cambio el vaso de agua por un lingotazo y me pongo a contar ovejas y a recitar el nombre completo de todos los juicios en los que ha estado, está y estará envuelto el Partido Popular.
Pues ni por eso. El sueño me lleva al mandato de José María Aznar, que buscaba a los malos en las playas y los montes cercanos, pero alcanzaba a ver allá abajo, mar por medio, armas de destrucción masiva.
Al tiempo vende las joyas de la corona a sus amiguetes y le abre la puerta a FAES y la Gürtel que luego perfeccionan los soldados de Mariano Rajoy.
Hace cinco años, el 25-M, se llenan las calles y las plazas al grito de “Sí se puede” cambiar esto. ¡Pobriños , ¡Ilusos! Muchos poderes fácticos se conjugan para que les arrastre la marea. Otra pesadilla.