Sin cariño ni atención

Tanto el Poder Ejecutivo, el Legislativo, el Judicial como la propia sociedad aún no hemos sido capaces de encontrar una solución para las numerosas personas que son dependientes de sustancias estupefacientes o del alcohol. 
A muchos de ellos nos los encontramos, cada día, en las céntricas calles de nuestros pueblos y ciudades, con las miradas perdidas, pidiendo limosna con la botella de vino o cerveza o inyectándose de chute o heroína. 
Jóvenes y no tan jóvenes que carecen de esperanza, viven sin voluntad, son enfermos y víctimas de una sociedad insolidaria. 
Si la mayoría de los expertos sanitarios coinciden en que son personas enfermas y que carecen de voluntad de decisión ante situaciones fundamentales para sus propias vidas, ¿por qué las administraciones públicas, hasta el momento, no han sido capaces de articular medidas para curarlas y rehabilitarlas a la sociedad? Si son enfermos, dependientes y no tienen voluntad, ¿por qué no ingresan en centros especializados para su rehabilitación?
Mientras tanto seguimos observando como malviven en las calles, en las infraviviendas, como ocupas y muchos de ellos se mueren en soledad, sin cariño ni atención. Desde luego algo estamos haciendo mal y ya está bien de seguir mirando para otro lado…

Sin cariño ni atención

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