Putaditas varias

Cuando el Supremo impidió a Junqueras recoger su acta de eurodiputdo, tengo la sensación de que le hizo una putada consciente. No es sólo una opinión personal, está avalada por boca de Javier Pérez Royo, catedrático de Derecho Constitucional en la Universidad de Sevilla que, sobre esa decisión del Supremo, dijo: “Ha cometido una prevaricación de libro”. Pérez Royo sabe de lo que habla, pero lo dice mejor que yo. Putada o prevaricación, impedirle a Junqueras recoger su acta le privó de inmunidad antes de dictar sentencia sobre el procés, le negó un derecho legal y minó su capacidad de defensa, maniobra que es una putada judicial indigna de cualquier tribunal, y reconocida por la reciente sentencia del Tribunal Europeo. Sostengo que privar a Junqueras de ese derecho e ignorarlo judicialmente anula la posterior sentencia del Supremo sobre el procés, y debería ser puesto en libertad provisional inmediata, so pena de mangarle otra putada. Claro que, tratándose del Supremo, que incluso llegó a dictar dos sentencias sobre el mismo caso, primero en contra y después a favor de los bancos, los supremos pueden salir por peteneras. No sería raro, y por ello no es la primera hostia que les atiza el Tribunal Europeo, ni será la última. Entre tanto, los independentistas catalanes están eufóricos y reforzados gracias a un Tribunal Supremo politizado y raquítico en su competencia profesional.

Putaditas varias

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