Para hacer un pucherazo castellano, no es imprescindible un puchero. Si no tienes puedes usar una urna. Lo que no puedes es meterle ochenta y dos garbanzos más de los que tienes, Como el buen ciudadano y cocinero, Albert Rivera, sabe bien. Si es imprescindible meterle chorizo cojonudo, o morcilla acojonante. Si no tienes, puedes comprarlos de la maraca “Partido Popular, calidad extra”, de amplio y variado surtido. Esta es la base fundamental de un buen pucherazo. Pero hablemos de los garbanzos: Si en el puchero o la urna, hay ochenta y dos más de los que tenías, es porque alguien los metió, contando con llenar más la panza de los comensales, Silvia Clemente y Francisco Igea. Pero si todos fueron al plato de Silvia, eso es un pucherazo “inclemente”. Conclusión: NI votación limpia, ni sistema informático de recuento infalible, ni hostias. Paco Igea tuvo que denostrar el pucherazo por la “cuenta de la vieja”; y la otra, en lugar de un pucherazo castellano, se comió un marrón. D. E. P., la pobre.