Píntame angelitos naranja

or más que me esfuerzo en imaginar a Pablo Casado disfrazado de presidente de Gobierno, me es imposible. Es cierto que los ha habido dañinos y hasta inútiles; pero Casado es un inútil 5º Dan, tan productivo y necesario como un muñeco de nieve y, para ser de derechas le falta mano izquierda. Por eso, no es extraño que, de vez en cuando, le caiga un carallazo. El penúltimo ha sido la espantada a Ciudadanos del ya expresidente de la Comunidad de Madrid, Ángel Garrido, candidato número cuatro al Parlamento Europeo del Partido Popular, y a cuatro días de las elecciones generales. Al margen de cualquier descojonamiento personal, no recuerdo semejante parada en los huevos propinada por un ángel a su superior. Menos mal que fue un ángel terrenal, pues si fuera celestial, a estas horas estaría ardiendo en el infierno, donde se churriscan los pecadores del Partido Popular. Quizá, el angelito con alas azules ahora las luce naranja, por recalentamiento, al atravesar el espacio hasta Ciudadanos a toda hostia.
 

Píntame angelitos naranja

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