La rosa de Jericó

ara ser Unidas Podemos socios preferentes del PS(O)E, teniendo amigos así, para qué quieren enemigos. Dicen los sociatas que quieren gobernar solitos, y a los unidistas polemistas, que les den cooperación. Reprochan los sociatas, a sus preferentes, “que no hay que buscar los sillones y el poder, sino hablar de no sé qué cosas. ¡Joder, pero si lo que les reprochan es lo mismo que quieren ellos! Sánchez vale para ser presidente, pero Iglesias no vale para ser vicepresidente. Y ahí están, unos y otros, a ver quién la tienen más larga, más gorda, o más tiesa. 
Me refiero a la razón, claro; pero la razón está para demostrarla, y no para clavársela en el pecho al otro, como si un argumento filosófico fuera, fuese, o fuere, un puñal damasquinado. Con tanta hostia entre ambas formaciones, tengo la sensación de que la reseca risa de Jericó socialista, podría florecer con una hormonaza meada de Unidas Podemos. Pero a Pedro Sánchez y al PS(O)E, parece que les gustan más su marchito  rastrojo, sin agüita amarilla.
 

La rosa de Jericó

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