Iluminatis pasados de rosca

reo que a los alcaldes de Vigo y Madrid se les fue la pinza con el alumbrado navideño. No digo que la Navidad no tenga su aquel religioso-comercial, ni la trola que a los pobrecitos niños inocentes decimos de  que Papá Noel o los Reyes Magos les traerán regalos. Trolas más gordas tragarán los pobres cuando crezcan, pero que alcaldes se gasten millones de euros en conachadas luminiscentes más que excesivas es un despilfarro de cojones. Dejemos aparte la pijada del de Vigo, que invita al de Nueva York a venir a ver “sus lucecitas de colores”. 
Tengo la sensación que el nacho se ha pasado un huevo de rosca. Creo que gastar en pichadas el dinero de otros, que encima les aplauden,  cuando se podría aprovechar en cosas más útiles, es un desastre social. 
Quizá estaría mejor empleado en proteger y cobijar mujeres y niños víctimas de maltrato, en pagar alquileres a desahuciados, mendigos, o en dependencia. 
Podrán decirme que soy un idealista pasado de rosca, y quizá también podrían pensar lo mismo del Papa Francisco cuando pide a gobernantes del mundo que no usen la energía nuclear para matar o amenazar a todo cristo. 
No sé que pensará de tanto malgasto en lucecitas; pero yo estoy de acuerdo con él.

Iluminatis pasados de rosca

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