Tras las batallas playeras de las cruces amarillas, que unos ponían y otros quitaban, se abre el nuevo frente de los lazos amarillos entre la Junta Electoral y el Gobern. Parece que Torra, tras desoir tres veces su orden de retirar los lazos, y escuchando el consejo del Defensor del Pueblo Catalán, más importante para él que la Junta Electoral, valora hacerlo y busca su mimetismo cromático. Es una guerra simbólica, y al Torra no le gusta que le toquen los símbolos porque “son un derecho de expresión”. Aparte del juicio contra los independentistas catalanes, quizá estemos abocados a sufrir otro por los lazos amarillos. Y mientras prestigiosos juristas se postulan a favor o en contra, y al Tribunal Europeo de Derechos Humanos se le abren las carnes de emoción por recibirlo y enlazarlo con el de los presos catalanes, que seguro le llegará, se rumorea que VOX quiere abrir un debate nacional acerca del sexo de los ángeles, y determinar si es masculino, femenino, o neutro. ¡Ay Señor!