Cumbre del Clima apestosa

Tras manifestarse varios millones de chilenos durante dos semanas, exigiendo mejores condiciones de vida a su gobierno, Sebastián Piñera, su presidente, cesó y substituyó a ocho ministros. Quizá creyó que, con esa hombrada, se pagaba la muerte de veinte manifestantes y la protesta  cesaría. Craso error. El pueblo chileno quiere que deje el cargo y se vaya. En esa tesitura de protesta, el gobierno chileno canceló la organización de la Cumbre del Clima de la ONU, a celebrar en Chile. El gobierno español, siempre atento a lucirse y  solidario con estas cosas, inmediatamente ofreció la ciudad de Madrid como sede alternativa de emergencia. Incluso la ministra en funciones para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, ha ofrecido ayuda a la joven activista sueca Greta Thunberg, y pueda estar en ella. Hasta aquí todo cojonudo, si no fuera porque la dirección de la Cumbre la tendrá Chile. Aparte de lo que nos vaya a costar la coña, y la alegría del gremio hostelero que acogerá a veinticinco mil personas, está el detalle  de que el gobierno de Sánchez, al renunciar a favor de Chile a ostentar la presidencia de la Cumbre, refuerza la posición del gobierno represor de Sebastián Piñera, y se pasa por la entrepierna las justas reivindicaciones de los chilenos, y sus muertos Y además con el visto bueno de la ONU. Menuda clima de mierda.