A toda leche

Si vas en un coche que conduce otro, estás poniendo tu vida en sus manos. Sabiendo esto, y todo el mundo lo sabe, un conductor responsable debe extremar la prudencia en atención a quien/es lleve. Ir en una autopista a 237 kiilómetros  por hora es, aparte de un delito, nada recomendable. José Antonio Reyes lo sabía, pero iba así. El accidente fue terrible: Murió él, un primo suyo, y hasta donde sé, el otro se quemó el 60% de su cuerpo. Cuando conduces, la posibilidad de sufrir un accidente, por propia culpa o de otro, siempre debe valorarse. Todo el mundo lo sabe, o debería saberlo. Si José Antonio Reyes fuera a 120 kilómetros por hora, el resultado podría haber sido menos cruento; pero iba a casi el doble. Lamento su fallecimiento, tanto como el del ocupante, y las graves quemaduras del otro; lo va a pasar muy mal.  Siento decirlo, pero  hay algo que me revienta: Muchos homenajes a José Antonio Reyes (e. p. d.), y tratamiento informativo casi nulo de los otros dos ocupantes. La vida, o la muerte, son así. 

A toda leche

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