A Belén pastores

Hoy, seis de enero, se celebra que hace 2019 años llegaron a Belén los Reyes Magos a adorar al Niño Jesús, hijo de la Virgen María y San José Hasta aquí bien; pero pongamos los puntos sobre las íes. San José no adoptó a Jesús como hijo propio, pues fue concebido en María “por obra y gracia del Espíritu Santo”, En su lugar se le reconoce como hijo del rey David, y así nace el mito eclesiástico de ser María. “Virgen entes del parto, en el parto, y después del parto”, y asunto arreglado. María y José tuvieron luego cuatro hijos más, y tres hijas, lo cual cercena la virginidad de María, puesto que “la florida vara de José”, no era un Palomo Blanco.
Uno de éstos hijos fue Santiago (Jacobo), muy cercano a su hermano Jesús en su vida pública y enseñanzas. No estuvo en la crucifixión como María, madre de Jesús, y María Magdalena (exorcizada por Jesús, que expulsó siete demonios de ella), y otra mujer. María Magdalena, presunta esposa de Jesús, era de posición adinerada (quizá dedicada al negocio de la pesca, financió en parte la obra de Jesús), no una prostituta arrepentida como sostuvo la Iglesia con el papa Gregorio el Grande desde el 591, hasta que Juan Pablo II le enmendó la plana. Pero esa es otra historia. De la que les hablaré es de la relación fraterna entre Jesús y Santiago. 
Muerto y enterrado Jesús, Santiago entró en ayuno y meditación, para orientar su espíritu, hasta conocer su resurrección. Entonces, no antes, Santiago tuvo conciencia de la divinidad de su hermano, y propagó sus enseñanzas. Tiempo después fue llamado Santiago el Justo, por su piadosa vida. Pero, justo o no, años más tarde el Sanedrín lo consideró peligroso, y exigió que renunciara a las enseñanzas de su hermano Jesús, so pena de sufrir muerte. Santiago, tan justo como su hermano Jesús (recuerden lo dicho por Poncio Pilato en su sentencia a Cristo “No ayo culpa en este justo, Caiga en vosotros su sangre), no renunció y fue arrojado desde lo alto del muro del templo, en el 62 o 60 d.C. La caída no lo mató, y fue rematado por lapidación. 
Si Cristo murió por amor a todos los hombres, Santiago murió por amor a su hermano Jesús y sus enseñanzas, sabiendo que no resucitaría como Él. Extremo ejemplo de amor fraterno. Si he errado, escandalizado o herido el sentimiento religioso de alguien, pido a la Asociación de Abogados Cristianos que me demande, actuando en mi contra como Abogados del Diablo.

A Belén pastores

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