“Aquel rapaz de Malpica”

decía Juan Ramón Jiménez que “para llegar al fondo de las cosas hay que enfriar el corazón y usar la inteligencia” y muchos ciudadanos interiorizamos este sabio pensamiento del poeta el día 2 al ver a unos 300 abertzales en Tolosa homenajeando al asesino de José Antonio Pardines, el guardia civil de Malpica primera víctima de ETA. Tenía 25 años. 
Hay que enfriar el corazón viendo como aquellos desalmados descubrían una placa en memoria de un asesino que segó la vida de este servidor de la Patria y hay que usar la inteligencia para mantener la calma ante actos que reabren las heridas del alma causadas por los terroristas. Desde aquel 7 de junio de 1968 dejaron cerca del millar de muertos –68 gallegos– en las fuerzas de seguridad del Estado, en la judicatura, la enseñanza, la política, el periodismo y entre ciudadanos que “pasaban por allí”. 
Como hay que enfriar el corazón y usar la inteligencia al recordar a las víctimas vivas, a los padres, viudas y huérfanos; a los miles de heridos, a los extorsionados y secuestrados, todos desgarrados, marcados por dramas y pesadillas.  
José Antonio Pardines quería formar una familia, criar a sus hijos, volver a su pueblo en verano y seguramente regresar definitivamente jubilado para envejecer mirando al mar de A Costa da Morte, pero los asesinos truncaron todos sus proyectos vitales. 
El martes pasado fue homenajeado en su Malpica natal por sus compañeros de la Guarda Civil, que arroparon a su hermano, a su familia y a muchos amigos en el cementerio y ante el monolito, “1.100 kilos de piedra que representan toneladas de sentimientos”, dijo el presidente de la Asociación Pro Guardia Civil”-, que mantendrá vivo su recuerdo para siempre. 
En esa piedra gallega queda grabado el dolor del alma y la indignación ante su muerte y la de tantas víctimas que no tiene más explicación que el sinsentido cruel de una banda terrorista que acabó derrotada por la democracia. Pero hay que seguir enfriando el corazón y usando la inteligencia porque aún quedan defensores de los asesinos que justifican la violencia contra “Nuestras víctimas, nuestros héroes”, como se escucha en el vídeo de la Guardia Civil que las recuerda a todas. 
El museo das Peregrinacións acoge una exposición que rinde homenaje a los gallegos muertos por el terrorismo de ETA, del Grapo y de otros grupos. José Antonio Pardines, “aquel rapaz de Malpica”, los representa a todos y su recuerdo es nuestra memoria histórica recuperada que hay que conservar.  
 

“Aquel rapaz de Malpica”

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