Anguita apunta maneras

hace unos días fue elegido secretario general de Juventudes Socialistas, organización juvenil autónoma del PSOE, Omar Anguita, un madrileño de 26 años que apunta maneras como dirigente político.
Sus manifestaciones publicadas en varios medios de comunicación suenan tan bien que potencian y dignifican el ejercicio de la política que otros devalúan y denigran. En ellas, Anguita aparece como un ciudadano normal que trabajó “en mil cosas”: azafato en una compañía aérea, en el equipo de seguridad del Santiago Bernabéu, en Disneyworld de Orlando, en un bar de Londres, como traductor y profesor de inglés y ahora “soy el jefe de tráfico en una empresa de transportes, organizo las rutas de los camiones y cuando hay que ir a descargar , voy”.
Cree justificadas las críticas de la sociedad contra los políticos que jamás desempeñaron un puesto de trabajo, ni cotizaron a la seguridad social. Son los profesionales de la política –¡hay tantos!– que ejercen esa profesión de por vida sin más mérito que la lealtad incondicional a lo que ordene el jefe de su partido.
No es su caso. “No he cobrado un euro de la política, no he sido concejal ni diputado. Y no voy a cobrar ahora porque tengo mi trabajo fuera de esto”, señala Omar, que aspira a ser piloto de líneas aéreas y estudia para poder acceder a esa profesión.
Conoce los problemas del país y de su generación, son certeras sus opiniones sobre la falta de tirón del PSOE, los errores de la era Zapatero, las relaciones con Podemos y no arremete contra el PP, como Sánchez y otros políticos que, en palabras de Mateo Renzi, “discuten como oponerse, no como gobernar”.
Anguita procede de una familia humilde. El padre camionero y la madre modista, comprometida con el sindicalismo, junto con los abuelos le inculcaron los valores políticos y la cultura de la Transición, que él conoce y reivindica. “En ese momento había un objetivo común: recuperar la democracia y el país dio una lección. No se puede hablar tan despectivamente de un modelo que fue casi perfecto”. Deberían tomar nota los recién llegados a la política que desprecian aquellos años de la historia de España.
Estas son sus fortalezas. Pero nadie es perfecto y entre las debilidades está su devoción por la República que analiza con suma benevolencia.
No sé cuál será el recorrido de este joven dirigente socialista. Tiene las ideas claras y, si no se malogra o no le cortan las alas, tiene también recorrido político.

Anguita apunta maneras

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