Mil Nochebuenas más

Para mí el día de hoy tiene un significado doble de celebración, aunque en verdad tan solo he disfrutado de una de ellas en mis épocas infantiles y adolescentes pues hasta que no me casé nadie se acordaba de mi cumpleaños. El día de mi nacimiento, 24 de diciembre de la segunda mitad de los años 40, cuando España se recuperaba de una doble guerra, y que mis compañeros no se creían porque no veían normal que alguien naciese el día de Nochebuena. Y la otra celebración, esa qué si siempre disfruté, fue la reunión familiar en torno a las viandas y los postres navideños, en la que se producía un acercamiento mayor entre los integrantes de la familia sin limitar el número de los que se sentaban en torno a la mesa.

Hoy utilizando el texto de Álvaro Cunqueiro en defensa de la lengua gallega, quiero emplearlo para darle el título a mi artículo. Porque me gustaría que todos pensásemos en esas Mil Nochebuenas más que nos esperan a cambio de tener que pasar una sin estar rodeados de los seres más queridos. Y es que fuera de la mesa y las viandas un virus malicioso nos acecha, nos espera, para completar su ciclo mortal si es que descuidamos la guardia, o lo que es lo mismo las medidas preventivas de usar mascarillas, lavarnos las manos y guardar la distancia de seguridad.

Mil Nochebuenas más cuando encerremos en el baúl de los recueros este año maléfico del 2020 que tanto dolor ha causado entre personas buenas y generosas que no pudieron superar la demoledora incursión en sus cuerpos de la Covid 19. Muchos irresponsables, que los hay por todas partes, piensan que a ellos no les va a atacar. A esos les pediría que se fijasen en las UCIS hospitalarias que son fieles reflejos de que también los jóvenes tienen que ser internados en ellas y de las que salen con graves secuelas.

Apelo a la responsabilidad en este día que para mí es de doble celebración. Y apelo al interior de cada uno de nosotros para que todos juntos podamos disfrutar Mil Nochebuenas más.

Mil Nochebuenas más

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